Todo fue euforia. Médicos cordobeses realizaron una
operación correctiva de una cardiopatía compleja a un chico de 6 años. Para
ensayar diferentes estrategias quirúrgicas hicieron una tomografía computada
del paciente y, con los datos recolectados, un equipo de ingenieros y
diseñadores imprimió una réplica del corazón 3D del chico. Así lograron reducir
los tiempos y riesgos de la intervención, y también hicieron historia: es la
primera vez en el país que se valen de un modelo para simplificar una
operación.
La intervención, que se hizo en el Hospital de
Niños de Córdoba, el 16 pasado, fue un éxito: el paciente, Milton Acuña,
recibió el alta médica anteayer. "La impresión 3D ayudó mucho. Es un tipo
de tecnología habitual en los Estados Unidos o en países europeos, pero en la
Argentina no se había realizado con un corazón", dijo a LA NACION Ignacio
Juaneda, cirujano de cardiopatías congénitas del hospital cordobés y uno de los
profesionales que estuvo en la operación.
Hace dos años, en los Estados Unidos se conoció uno
de los primeros casos en los que se usó un corazón de este tipo para realizar
una operación. Fue en el Kosair Children's Hospital de Kentucky, donde los
médicos le salvaron la vida a un bebe de sólo 14 meses. El niño había nacido
con graves problemas cardíacos, por lo que era vital intervenirlo. Sin embargo,
para hacerlo, se requería conocer en detalle su corazón. El equipo médico logró
que se imprimiera al doble de su tamaño el órgano del paciente. Así pudieron
ser más meticulosos a la hora de operarlo.
En el caso del chico argentino, la intervención
implicaba la corrección de una cardiopatía caracterizada por una doble vía de
salida de ventrículo derecho. "Había que crear un túnel dentro del
corazón. La operación requería, a su vez, que el corazón estuviera detenido, y
había que trabajar dentro del órgano. El modelo 3D simplificó todo, porque
permitió probar diferentes estrategias antes de la cirugía", explicó
Juaneda.
Primero, los médicos realizaron una tomografía del
corazón del chico. Luego crearon un modelo en tres dimensiones con un software de
animación. La maqueta sirvió de base para crear una réplica exacta del órgano,
con una impresora que puede desarrollar objetos tridimensionales por la
superposición de capas de material.
La impresión fue hecha por el equipo de la Unidad
de Biomodelos 3D del hospital, que dirige Víctor Defagó. La unidad es pionera
en el país en la confección de biomodelos 3D. Funciona hace dos años en el
hospital, con el respaldo de la Universidad Nacional de Córdoba y el Ministerio
de Salud provincial.
El equipo que lidera Defagó está integrado por
médicos, ingenieros y diseñadores industriales, y se dedica a hacer réplicas en
3D que reproducen fielmente los órganos de los pacientes, con sus respectivas
malformaciones o estructuras dañadas, y en tamaño real. Ya habían hecho
réplicas de tráqueas y de columnas vertebrales, pero nunca de un corazón.
"Los usos de esta tecnología son muy diversos.
Puede ser utilizada con fines educativos, en universidades, para explicar a los
padres y familiares de los pacientes cómo será la operación, y también para
crear prótesis", dijo Defagó a la agencia de noticias Télam. Además, una
vez en el quirófano, las réplicas funcionan como "guía" para el
cirujano. "La pieza puede ser colocada en la mesa de cirugía. Es como si
el profesional contara con un mapa en el momento de llevar a cabo la
intervención quirúrgica", explicó.
Ése fue el uso que le dio el equipo de cirujanos
que operó a Acuña. Además del corazón se imprimió el "parche" que se
necesita para confeccionar el túnel dentro del ventrículo derecho. Las piezas
impresas se esterilizaron y se llevaron al quirófano. Allí, el corazón sirvió
de guía para el procedimiento, y el "parche" impreso se usó de molde
para confeccionar el que se terminó utilizando en la operación.
"Fue todo muy efectivo. Es un gran equipo de
profesionales", concluyó Juaneda.