La impresión 3D, internet de las cosas
y blockchain son algunas de las innovaciones que, en el último tiempo,
comenzaron a tener un impacto profundo en la salud, economía y educación, a
nivel mundial. Joan Cwaik, divulgador y conferencista sobre innovación, hace un
recorrido sobre el avance de estas tecnologías.
Por Desirée Jaimovich. 10 de marzo de
2020
"Las siete revoluciones
tecnológicas", el primer libro de Joan Cwaik (Crédito: Santiago
Saferstein)
Blockchain, internet de las cosas y
realidad aumentada son algunas de las innovaciones que vienen pisando fuerte en
el último tiempo. Llegaron para quedarse y hoy atraviesan varios aspectos de
nuestro cotidiano como suerte de hilos invisibles que nos unen más allá de las
fronteras. Sobre estos temas habla Joan Cwaik, en su libro “Las siete
revoluciones tecnológicas que transformarán nuestras vidas”.
Cwaik es licenciado en Gestión de
Medios y Entretenimientos, es docente en la UADE y en los últimos años colaboró
como divulgador de ciencia e innovación en varios medios. También dictó
conferencias sobre tecnologías emergentes en distintos países. Aquí, algunos
extractos de su libro, editado por Penguin Random House.
1. En este primer capítulo hace un
recorrido sobre el nacimiento del bitcoin (BTC), su expansión en el último
tiempo y las formas de transaccionar que existen en este activo virtual.
“El BTC es una criptomoneda o moneda
virtual y digital encriptada. Es también una moneda privada porque no es
emitida ni está vinculada a los Estados o bancos centrales, lo que la convierte
en un amomenda descentralizada y , en consecuencia, no existe una única figura
o entidad que la controle, sino que se basa en una tecnología peer-to-peer
(usuario a usuario o entre pares) que permite realizar transferencias online,
criptográficamente seguras, de forma directa y sin intervención de
intermediarios”, resume Cwaik.
Pero más allá del análisis que se hace
en este capítulo sobre el uso del BTC como moneda, se plantea la importancia de
la tecnología que llegó de la mano de este sistema: el blockchain. Esta
tecnología es descentralizada y permite realizar seguimiento de todos los
movimientos del BTC en cualquier momento. El blockchain asegura trazabilidad de
los movimientos y operaciones, además resguarda la privacidad de los
propietarios del BTC. A su vez, promete mayor velocidad e inmediatez a la hora
de registrar transferencias.
Más interesante aún es que abre un
abanico de nuevos usos para el blockchain. “Esta nueva tecnología podría ser la
clave para solucionar problemas profundamente arraigados que han afectado
nuestra vida en línea durante décadas, por ejemplo, que internet no ofrece un
sistema confiable para la identidad personal”, analiza el autor.
En este sentido, menciona que se está
desarrollando un proyecto enfocado en Twitter que emplea blockchain para
verificar los mensajes. Este sistema permitiría detectar noticias falsas y
trolls de manera efectiva.
“En el área de la salud, se ha
desarrollado Healthbank (https://www.healthbank.coop/), una plataforma suiza de
almacenamiento de datos médicos que permite a los usuarios almacenar sus datos
en una zona segura a la que solo ellos pueden acceder”, ejemplifica Cwaik.
2. Internet de las cosas
Se habla de internet de las cosas o
IoT (por sus siglas en inglés) para hacer referencia a objetos que integran
sensores capaces de recibir, monitorear y enviar, en tiempo real, diferente
tipo de datos.
El concepto también se puede extender
a seres vivientes. En este sentido, se recuerda en el libro que la empresa
holandesa Sparked por medio de Xively implantó sensores en las orejas del
ganado vacuno para que los productores pudieran hacer un seguimiento de la
salud de las vacas y de sus movimientos.
“Según un informe del Grupo de
Soluciones Empresariales Basadas en Internet de Cisco, el tráfico de datos
generados por dispositivos que no son computadoras aumentarán del 40% en 2014 a
casi el 70% en 2020”, remarca el autor.
3. Big data
Se denomina de este modo a la gran
volumen de datos que se recopilan a partir del uso de diferentes dispositivos y
acciones que se realizan en la red. Abarca desde la información que se obtiene
a partir de dispositivos móviles, televisores y objetos inteligentes hasta lo
que surge de las búsquedas en la red, identificadores RFID y videos.
¿Cómo se usa toda esa información que
se recopila?
Publicidad personalizada: los datos se
pueden ver plasmados en las recomendaciones que llegan en Netflix o los
anuncios que vemos al navegar por la web o dentro de las redes sociales y que
varía según nuestros hábitos e intereses.
Gobierno y administración pública: los
gobiernos emplean los datos que obtienen de cámaras y sensores de diferentes
tipos para combatir el delito, mejorar la circulación vehicular y prevenir
accidentes de tránsito. En este sentido, Estonia es un país emblemático al ser
considerado el primer país 100% digital del mundo.
Salud: “Hoy es posible almacenar todo
tipo de datos sobre pacientes, enfermedades, tratamientos, medicación y
resultados. Nuestro cuerpo es una fuente de datos recogidos en radiografías,
mamografías o resonancias magnéticas. En análisis de esos datos es fundamental
para la medicina del futuro: una medicina personalizada, predictiva, preventiva
y participativa”, destaca Cwaik.
Educación: en este ámbito, los datos
recopilados también cumplen un rol vital porque permite entender mejor cómo
estudian los alumnos, cuáles son sus puntos fuertes o falencias. Estos datos
pueden emplearse para mejorar el rendimiento, personalizar la educación y
reducir las tasas de abandono escolar.
Investigación: sin dudas es uno de los
ámbitos en los cuales el procesamiento de grandes volúmenes de información es
clave. Además, la investigación impacta de manera directa en todos los ámbitos
mencionados anteriormente.
4. Ciudades inteligentes
El uso de big data y la tecnología en
general aplicada a ciudades permite hacer un uso eficiente de la energía,
mejorar la gestión del transporte público, el transporte, la educación y la
salud.
“En una ciudad inteligente las TIC brindan el
soporte para el intercambio de conocimientos, para hacer pronósticos,
predicción y análisis de grandes archivos de datos (big data), datos abiertos
(open data), IoT con banda ancha móvil y redes de sensores ubicuos”, explica el
autor.
Pero no sólo basta con recopilar
información, sino también procesarla e interpretarla para poder aplicarla de
manera efectiva en la gestión de distintas cuestiones que hacen al
funcionamiento de una ciudad, advierte.
En el resto del capítulo se hace un
análisis sobre cuáles son consideradas las ciudades más inteligentes del mundo,
dentro de las cuales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lidera la
clasificación dentro de Latinoamérica. Los criterios para considerar una ciudad
inteligente y casos concretos de aplicaciones que facilitan la vida diaria.
5. Realidad aumentada y realidad
virtual
La realidad aumentada nos permite
añadir una capa virtual a nuestro entorno diario. Se puede experimentar una
dosis de realidad aumentada cuando se activa esta función en Google Maps, se
usa un filtro de Instagram o al jugar Pokémon Go, sólo por citar algunos
ejemplos.
La realidad virtual, en tanto, nos
traspola a un universo digital totalmente diferente. Para experimentar este
tipo de entornos se puede recurrir a dispositivos como Oculus Rift, Google
Cardboard o Samsung Gear VR, sólo por mencionar algunos ejemplos.
Esta tecnología, como se menciona en
el libro, está impactando en la industria de la música, el entretenimiento y la
educación, entre otros. “Existe una tendencia de mercado a incorporar cada vez
más la RA y la RV como estrategia de diferenciación”, dice el autor.
Y amplía: “Las compañías como
Facebook, Google, Apple y Microsoft han invertido miles de millones de dólares
en una industria que se prevé que en 2025 alcance los 216 millones de usuarios
y con un volumen de mercado de unos 80.000 millones de dólares, según el estudio
del grupo estadounidense Goldman Sachs realizado en 2017”.
6. Humanos vs máquinas
Se sabe que la automatización viene
avanzando y con ella las transformaciones el mercado laboral. “Se proyecta que,
en los próximos 15 años, el 40% de las tareas que son realizadas por seres
humanas van a ser reemplazadas por robots”, advierte el autor.
En este capítulo se hace un recorrido
sobre el surgimiento de robots, los diferentes tipos de máquinas que hay en
este sentido y los usos que tienen en distintos ámbitos, entre ellos el industrial,
que es donde más se siente su presencia por tener un correlato directo con el
aumento de productividad.
También se menciona el uso de robots
en la salud. “En el campo de la medicina, los robots de servicios están
logrando avances significativos, especialmente en la práctica quirúrgica”,
analiza Cwaik para luego enumerar que se puede usar la telerrobótica y la
realidad virtual para planificar operaciones así como para asistir en el
proceso quirúrgico.
7. Impresión 3D
La impresión 3D tiene diversas
aplicaciones que varían en función del material que se use para hacer estos
trabajos. “Los biomateriales son materiales sintéticos o naturales que se
pueden usara para construir órganos artificiales, prótesis, huesos o tejidos.
Este material ahora se puede utilizar en impresión 3D para una serie de
aplicaciones médicas”, se menciona en el texto.