domingo, 27 de octubre de 2019

EN JAPÓN LOS ROBOTS TIENEN ALMA PROPIA

Inmersos en una cultura hipertecnológica y milenaria a la vez, los japoneses adoran interactuar con androides y otros seres artificiales
Julián Varsavsky. 31 de agosto de 2019 

TOKIO.- Mi primer encuentro robótico al llegar a Tokio fue en el barrio otaku de Akihabara, no por cierto con un Transformer: era una réplica a escala natural de Leonardo da Vinci con barba, sentado y hablándome en japonés con un pollito en una mano y un elefante verde en la otra, ambos con sombrerito. Como viajero llegado de Occidente, el realismo de esa "estatua de cera" mecanizada en plena calle me resultó pasmoso. Pero Japón tiene tasa decreciente de natalidad e inmigración limitada: lo que falta es mano de obra y nadie teme que un robot le vaya a quitar el trabajo. Tampoco se cree que vengan a dominarlos, como el hollywoodense Terminator que sembró terror del otro lado del mundo. Mazinger y Astroboy son superhéroes.

El segundo humanoide lo vería en la Robocup 2017 -campeonato mundial de fútbol de robots- en Nagoya: un bebé no muy realista. Una promotora colocó en mis brazos a Smibi, un affective robot diseñado para brindar compañía. Creí estar abrazando una muñeca, pero al ver que fijaba la mirada en mí, intuí que ese cilindro achatado con ojos y sin nariz -rasgo común con Hello Kitty- era más bien la evolución del Tamagotchi que despertó espanto en el subconsciente occidental: nosotros tememos a los objetos con "alma". Le pellizqué un cachete y se sonrojó, lo sacudí fuerte y berreó, le di consuelo llevando su rostro a mi hombro y me devolvió una risita aguda. Smibi está a la venta en Japón, no tanto como juguete sino con fines terapéuticos para gente sola y niños o ancianos autistas. No es un fenómeno de masas, pero se vende. Un folleto lo promociona: "Sienta la alegría de ser necesitado; experimente la calidez de recibir una sonrisa amorosa".

En el museo Miraikán de Tokio conocí a la blanca y peluda foquita Paro, pionera en robótica terapéutica dando y recibiendo afecto. El sentido común occidental dice que un objeto no podría dar cariño como una mascota. Pero los estudios y videos sobre la interacción de Paro con ancianos y niños autistas convencen: es indiscutible que genera emociones y sensaciones intensas, al menos en Japón. Me acerqué a la mesa donde Paro parecía dormir la siesta y le acaricié la cabeza: revivió, y dirigió sus pupilas hacia mí. Sus gemiditos juguetones eran tan creíbles que robó mi escéptico corazón. Me hubiese gustado comprar una. Pero cuesta 5000 dólares y ya está en 10.000 hogares y geriátricos endulzándole la vida a mucha gente.
  
En una feria tecnológica vi la nueva versión de la mascota Aibo de Sony, ese perrito metálico que le hace competencia a los de carne y hueso en un país donde los departamentos son muy pequeños y mucha gente trabaja demasiado como para poder pasearlos. En Japón existen el doble de mascotas que niños. Entre ellas hay 12 millones de perros. Y los perritos Sony son 100.000. Lo curioso es que algunos propietarios de un perro cibernético entristecen cuando se les "muere". Existen talleres-clínica para Aibos como A-Fan Co que ofrecen funerales en la prefectura de Chiba: las personas les envían por correo a su perro para que, si no se puede reparar, sus piezas sean trasplantadas en otro. Entonces un sacerdote budista del templo Kofukuji -siglo XVI- ofrece una ceremonia para centenares de Aibos que no volverán a despertar. Llegan al taller con una carta y frases como "por favor ayuden a otros Aibos. Lágrimas cayeron por mi rostro al decirle adiós".

En la Maker Faire de Tokio conocí a Pepper, el primer humanoide lanzado al mercado hogareño. Es blanco y me llega al pecho con su cabeza como una pelota de fútbol. No tiene piernas, sino ruedas: los robots al alcance del bolsillo común son torpes para dar pasos firmes. Y tiene una tablet en el pecho, tan fuera de lugar como una oreja en la frente. Se han vendido 10.000 para dar información en lugares públicos. Pero su capacidad de comprensión de lo que oye es limitada: es un busto parlante algo interactivo, un excéntrico objeto de decoración que no sirve más que para llamar la atención porque se mueve y habla. Un promotor de Softbank Robotics me invitó a sentarme en un armazón metálico, colocándome lentes de realidad virtual. A tres metros había un Pepper y noté que lo que yo veía con amplitud de 360° no era lo que estaba frente a mí: tenía la mirada de Pepper. Miré hacia la derecha y vi venir una niña con una pelota de tenis. Extendí el brazo, la colocó en mi mano y la agarré. No es con la mente que uno controla a Pepper, sino con el movimiento: un sensor copia lo que hago con mi cuerpo y se lo transmite a "él". Me miré el brazo y vi el de Pepper. Acaricié el hombro de la niña pero no sentí nada. Yo era como Scarlett Johansson en la película Ghost in the Shell con el cerebro trasplantado en un robot: ella da la orden mental y la carcasa robótica actúa. Si el enemigo le arranca un brazo, ella no sufre: va a la clínica-taller y se lo reponen. Así habrán de ser los futuros soldados: robots en campos de batalla como avatares de humanos guarecidos en habitaciones. Hoy por hoy, uno ya puede meterse en la piel de un robot y arrojar una pelota. El día de mañana será una granada.

Para avanzar accioné un pedal y Pepper arrancó a rodar entre gente incrédula que me miraba. Finalmente tuve una sensación real: "me miran a los ojos". Pero yo ya no era yo. Algo así habrá de ser la inmortalidad digital profetizada en el capítulo "San Junipero" de Black Mirror, donde los cigarrillos de esos personajes vivos para siempre en un paraíso digital, no saben a nada.

El científico Hiroshi Ishiguro creó un androide idéntico a sí mismo, incluso con su propio pelo. Le pregunté si aspiraba a que el robot copiara su personalidad, y respondió con otra pregunta: "¿dónde está el alma? Los japoneses creemos que todo tiene una. Por eso no tenemos problema con la idea de que un robot también la tenga, de alguna manera. No hacemos mucha distinción entre robots y humanos". En un principio pensé que bromeaba. Pero no. Me pregunté si estaría un poco loco: tampoco. Me lo explicó la antropóloga Jennyfer Robertson: en Japón, desde un tiempo milenario, imperan otras lógicas. La empatía de tantos japoneses con los robots no tiene que ver solo con una mentalidad "moderna", sino con el hecho de que en la religión animista del sintoísmo las personas viven rodeadas de espíritus, tanto de ancestros familiares como de kamis, energías que habitan en una montaña, en la espada de un samurái o en un árbol. En Occidente, cuando las almas van al infierno o al paraíso, no regresan; por el contrario, en muchas casas de Japón hay un altar para comunicarse con antepasados. Si una antigua muñeca en un templo puede encerrar un alma, ¿cómo no habrían de tenerla una foca hiperrealista o un androide que además nos miran, escuchan y hablan?

Según el filósofo Byung-Chul Han, la barrera entre lo real y la copia virtual es más difusa en el este de Asia: el símbolo del yin y el yang es la representación de un pensamiento donde los opuestos -blanco y negro, original y copia- no forman contradicción sino complemento. Por eso, en un robot late a veces una deidad: tiene algo de objeto y de ser.

Volví al archipiélago japonés a escribir el libro Japón desde una cápsula porque necesitaba explicarme a mí mismo ese país, luego de una primera desconcertante aproximación. Antes, dediqué cinco años a estudiar su desarrollo sociohistórico y bases antropológicas. Fui vislumbrando que los japoneses no son tan raros ni tan modernos como me parecían. Son fundamentalmente distintos, inmersos en la lógica de una nación insular que queda al este del Este. Para colmo, estuvieron separados del mundo por decreto imperial -nadie entraba ni salía so pena de muerte- desde 1639 a 1858. Raro sería que Japón no hubiese devenido un planeta aparte: uno tiene allí la sensación de alunizar. Detrás de su hipercapitalismo, subyace una cosmovisión feudal: metafóricamente, el samurái devino en soldado corporativo, duerme en hotel cápsula y cambió la espada por el maletín. Pero sigue practicando el harakiri con otras técnicas para lavar su honor, ese pudor que les viene del sintoísmo. El shogún reencarnó en CEO tecnológico y se quedó con la geisha. Y el espíritu de los Kamis pervive en el robot. ß

Autor de Japón desde una cápsula. Robótica, virtualidad y sexualidad (Adriana Hidalgo)

sábado, 26 de octubre de 2019

LA GÓNDOLA DE MARCOS GALPERÍN: CUÁL ES EL PLAN DE MERCADO LIBRE PARA CONVERTIRSE EN EL NUEVO GRAN SUPERMERCADO ARGENTINO


Si bien ya vende alimentos online, una categoría que crece mucho, la empresa de mayor market cap de la Argentina lanzará formalmente “SuperMercado Libre” a comienzos del año próximo
Por Sebastián Catalano. 26 de octubre de 2019

El consumo masivo tendrá una fuerte caída este año, de entre 4 y 5%, según consultoras privadas, en medio de la devaluación y una crisis que se recrudeció luego de las PASO. Con mucha incertidumbre por lo que vendrá, los fabricantes de alimentos remarcan y envían listas de precios a las cadenas retail todas las semanas. El contexto inflacionario no da tregua.

Muchas veces, las crisis se convierten en oportunidades. Y este parece, otra vez, ser el caso de Mercado Libre, la empresa más valiosa de la Argentina –según el precio de sus acciones en Wall Street, con un market cap de USD 27.300 millones–, va a desembarcar con todo en el segmento de venta de alimentos.

“SuperMercado Libre” es lo que viene para la empresa que fundó Marcos Galperin y que este año cumple dos décadas. En rigor, Mercado Libre ya vende productos de consumo masivo que envía desde su centro de distribución del Mercado Central y que entrega en menos 24 horas dentro de Capital Federal. Pero a partir del primer trimestre de 2020 utilizará ese nombre y una estrategia agresiva para ser el nuevo gran super de la Argentina. Lo adelantó la agencia Bloomberg la semana pasada y ahora Infobae revela el detalle de los planes de la empresa en diálogo Karen Bruck, VP de Mercado Libre a cargo del sector del supermercado virtual en ciernes.

El eje de esa estrategia es el mismo que implementaron este año en México, donde ya tiene una oferta de más de 20.000 ítems y duplicaron ventas en sólo seis meses. El “SuperMercado Libre” made in Mexico es un éxito en una tierra en la que “Meli" –la sigla con la que la empresa cotiza en Wall Street– compite palmo a palmo con Amazon. El gigante global del ecommerce que comanda Jeff Bezos va un paso adelante y ya se metió de lleno también en el mundo de los alimentos frescos con la compra de la cadena Whole Foods, hace dos años por casi USD 14.000 millones.

“La idea de ponerle foco al supermercado parte de una necesidad de los usuarios. En los países en los que operamos somos líderes en las categorías más tradicionales, como electrónica y hogar, pero la gente también se está acostumbrando a comprar los consumos de todos los días online. Ya veníamos con una infraestructura armada, con envíos en el día y ahora la estamos potenciando todo para crecer en 2020”, detalló Bruck.

Seguramente el contexto hace que la gente busque el mejor precio y financiación, pero igual es una tendencia que se da en todo el mundo. Por ahora lo hacen por medio de socios, entre los que están algunas cadenas de retail y marcas, y aseguran que esa estrategia seguirá y que nunca habrá productos de consumo masivo propios con la etiqueta “Mercado Libre”. ¿Será?

SuperMercado Libre
“Democratizar el ecommerce”, esa es la frase que repite casi como un mantra Galperin para hablar del objetivo último de su empresa. Y si bien luego le agregó también el “democratizar los servicios financieros”, un nuevo y redituable capítulo vinculado con su “guerra” contra los bancos y su despliegue en el mundo fintech –con Mercado Pago como bandera–, nunca dejó de buscar potenciar los diferentes canales de ventas online como centro de su estrategia.

Así nació “Supermercado Libre”. El sitio se destaca por tener una navegación diferencial para la compra de estos productos. “Los resultados de México son excelentes: más del 60% de los más de 30 millones de usuarios de la plataforma allí compran semanalmente en Supermercado Libre y la categoría viene creciendo a triple dígito en 2019”, dijo Bruck y detalló que esperan lanzar la categoría también en Brasil, donde Amazon ya desembarcó formalmente el mes pasado y ya compite con el “Mercado Livre” local.

En Argentina, en tanto, la categoría “consumo masivo” de Mercado Libre es una de las que más crece: 36,4% en los primeros nueves meses de este año. “Alimentos y Bebidas, que crece 112%, cuenta con 165.000 productos de gran variedad, ofrecidos por 18 tiendas oficiales de marcas, supermercados y mayoristas. Hay ítems de todo tipo: canasta básica, premium y de nicho”, detallan en la empresa.

Nos apoyamos en los vendedores, pero se va a poder comprar desde nuestro sitio sin entrar al shop de las cadenas. Se puede hacer un mix, según las ofertas o gustos. Este mes Mercado Libre lanzó en el país la campaña “Stockeate” para la categoría de consumo masivo con descuentos de hasta el 50 por ciento, sobre un total de 5.200 ítems. ¿Los más vendidos? Leche Verónica y yerba Playadito. Entre agosto y octubre los tres los 10 productos más vendidos en la subcategoría “Comestibles” fueron aceite Natura, Mate Taragui Listo, Azúcar Chango, Yerba Playadito y café Dolca Clásico. Además, en el último Hot Sale, una de las categorías que más creció fue la de alimentos: 120%.

“La modalidad que prima a la hora de compra de consumo masivo es la de aprovechar las facilidades, financiación y buenos precios para stockearse de productos como comestibles, pañales y alimento para mascotas”, detalla Bruck.

- ¿Notaron crecimiento luego de las devaluaciones del año pasado y la post PASO?
- Seguramente el contexto hace que la gente busque el mejor precio y financiación, pero igual es una tendencia que se da en todo el mundo. La logística está mejorada y ahora nos metemos a fondo en una categoría que trae mucha recurrencia de visitantes. Pañales y comida para perros son productos muy comprados. Queremos ser el lugar preferido para hacer las compras.

- ¿Qué esperan del SuperMercado Libre local?
- Las cadenas con las que trabajamos tienen sus tiendas oficiales en la plataforma y nos apoyamos en ellos. Pero se va a poder comprar desde SuperMercado Libre sin entrar al shop de las cadenas. Se puede hacer un mix, según las ofertas o gustos. Queremos que todo llegue en una misma caja. La idea del multisupermercado es una tendencia mundial: si buscás un vuelo no vas a las aerolíneas, vas a sitios como Despegar.

lunes, 21 de octubre de 2019

COMPLIANCE FRENTE AL AUGE DE LAS BASES DE DATOS: CONOCE A TU CLIENTE COMO A TI MISMO


En un congreso internacional se destacó el poder de la tecnología para jugar limpio en los negocios; el rol de quienes trabajan en el área
Paula Urien. 20 de octubre de 2019 

KYC es una sigla para tener en cuenta. Se refiere a la frase know your customer: conoce a tu cliente. Y para ello, la inteligencia artificial está, literalmente, mandada a hacer. Se trata de saber con quién o quiénes se hacen negocios a nivel local y también en el mundo, para poder detectar si a través de la compañía con la que se está por interactuar se intenta lavar dinero sucio o proveniente de algún delito financiero, o para saber si un proveedor, por más pequeño que sea, tiene problemas de reputación, por ejemplo.

Acostumbrarse a cumplir con las normas es el eje sobre el cual giran hoy todas las conversaciones sobre el tema del compliance, nombre que alude también, en la práctica, al departamento que, para la mayoría de las empresas de la Argentina dejó de ser un aspiracional a partir de la vigencia de la ley penal empresaria sancionada a principios de 2018.

En este marco se desarrolló el IV Congreso Internacional de Compliance, organizado por la Asociación Argentina de Ética y Compliance (AAEC) con Refinitiv. Esta empresa provee World Check, inteligencia artificial para la verificación de identidad y de documentación y para screening en base a datos.

"Los procesos KYC suelen incluir registros de perfil básicos como nombre, domicilio y estructura de la organización, pero también información que puede resultar esencial para la transacción o el negocio que se proyecta, como historial comercial y crediticio, antecedentes penales o judiciales, e incluso un chequeo de la reputación del cliente en el mercado", explica a LA NACION Ramiro Cabrero, presidente de la AAEC. "La mayoría de estas revisiones pueden realizarse automáticamente, sin ninguna intervención humana, gracias a las tecnologías de inteligencia artificial más avanzadas", agrega.

Carlos Rozen, uno de los organizadores del encuentro y socio de BDO, y Mariana Idrogo, de G5 Integritas coinciden en que "muchos informes de "conozca a su cliente", de "control de proveedores" o de "due diligence" se efectúan a partir del uso de herramientas de cruce automático de datos que están públicamente disponibles. Estos informes automatizados son muy valiosos, pues aportan en breves instantes un pantallazo de información valiosa".

Sin embargo, esconden riesgos, según advierten. "En primer lugar, las bases de datos en varios países de América Latina contienen mucha información de baja calidad. Esto hace que cualquier cruce a partir de allí arroje falsos positivos (problemas no son tales) o bien, que no surjan alertas donde eso hubiera sido lo adecuado. En segundo lugar, existe mucha información valiosa que no se encuentra públicamente disponible, o no lo está en un formato que permita su utilización eficiente en la mayoría de las búsquedas internacionales". Para resolver estos problemas, "la aplicación de inteligencia humana aún es necesaria, tanto para chequear los datos y ponderarlos como para incorporar los matices que se encuentran disponibles -aunque no en formato online- y que permiten una lectura eficiente de la información", agregan.

Clara María Bozzo, directora legal comercial de Microsoft, dijo durante el congreso que las compañías tecnológicas vienen trabajando hace varios años en la temática de inteligencia artificial, pero hay dos factores que la favorecen: la explosión de datos y el poder de la nube. "Se trata de las computadoras entendiendo al mundo. Pueden comprender patrones de conducta y hacer sugerencias, como lo hace Spotify, por ejemplo. Hay enormes beneficios y oportunidades para la humanidad, pero también pensamos que presenta desafíos. No se trata de lo que las computadoras pueden hacer, sino lo que deberían hacer".

Usos y costumbres
Para dar una idea del poder de la IA, Augusto Fernández Villa, de Poincenot, dice que la base de datos que manejan en la firma tiene 900.000 personas, pero que la gestionan solo dos personas.

Gonzalo Balderrama CO de Ripio, una empresa de servicios financieros no tradicionales basados en blockchain, contó que a los futuros clientes, en solo unos segundos, les solicitan una selfie que se machea con una base de datos de los Estados Unidos y también con la foto del documento, con un margen de error del uno por ciento.

Por su parte, Alejandro Cosentino, Fundador y CEO de Afluenta, una red de financiamiento colectivo, y VP de la Cámara Argentina de Fintech, sostiene que a través de la tecnología "se estudia a los inversores para asegurar que el dinero viene de donde se dice que viene y también se estudia al tomador del crédito". Agrega que también se estudian otras variables, que pueden parecer insólitas. "Es importante la hora del día en que se llenan los formularios o en cuánto tiempo completa su fecha de nacimiento, por ejemplo". Además, como "vivimos en la era de la respuesta instantánea, las respuestas no tardan más de 15 segundos".

Ciberseguridad
La primera aclaración que hizo durante el encuentro el director global de Seguridad en Tenaris, Esteban Grin, es que la compañía está regulada por la Securities and Exchange Commission de los Estados Unidos (SEC), ya que se trata de una empresa que cotiza en la bolsa norteamericana. Esto implica cumplir regulaciones que incluyen la Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), una normativa que penaliza la corrupción en el extranjero por parte de empresas que tienen alguna relación comercial con los Estados Unidos: habla explícitamente de sobornos a funcionarios extranjeros para allanar el camino a los negocios.

Además de la corrupción o de su prevención, el otro gran problema que enfrentan hoy las empresas es la ciberseguridad. "Los cambios rápidos en la tecnología provocan cambios en las regulaciones. Sin embargo, las regulaciones no llegan a tiempo -dice Grin-. Los primeros que abrazan la tecnología son las personas, después la adoptan los negocios y finalmente, tarde, aparecen los reguladores".

Y continúa con algunos números. "En un año generamos mas datos que en los últimos 7 años. Cada vez mas países tienen regulaciones sobre el data privacy, pero cada vez hay más fugas de información".

En Tenaris, hasta ahora se detectaron y bloquearon 20.000 ciberataques y 262.000 virus; se frenaron 394 millones de mails que vienen de afuera porque tienen contenidos maliciosos, o porque tienen archivos con virus. En promedio se bloquea el 90%de los mails antes de ser recibidos por sus destinatarios.

Como conclusión del encuentro en el vistoso Palacio de las Aguas Corrientes, Ramiro Cabreo opina que "asociarse con los clientes equivocados conlleva un fuerte riesgo reputacional y puede ser difícil recuperarse. Los costos económicos para remediar estos problemas suelen ser muy significativos, y reconstruir la confianza es aún más difícil".

Contra la cleptocracia
El agente a cargo del Miami International Corruption Squad -un equipo de investigadores anticorrupción- dijo en el encuentro que la mitad de las investigaciones del FBI están relacionadas con América Latina. Su tarea es buscar la cooperación de quienes están o podrían estar implicados en lo que llaman cleptocracia, o lograr y mantener el poder a través del robo.

domingo, 20 de octubre de 2019

COPYRIGHT EN JAQUE: EL FUTURO DEL LIBRO ELECTRÓNICO SE JUEGA EN LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE EEUU


Estas instituciones están pasando de un modelo basado en la propiedad de copias físicas a otro gobernado por la letra chica de los acuerdos de licencia; qué limitaciones implica esa conversión
Steven Melendez. 19 de octubre de 2019

Si no ha visitado una biblioteca pública últimamente, quizás no haya advertido que ya no necesita ir físicamente para sacar un libro o una película. Miles de bibliotecas públicas ahora permiten a sus miembros descargar libros electrónicos a sus celulares, tabletas y lectores. También prestan audiolibros digitales y ofrecen películas que se descargan por streaming. Al igual que otros materiales de las bibliotecas públicas, por lo general están disponibles gratuitamente para cualquiera que sea socio.

Pero una biblioteca o un individuo en realidad no puede poseer materiales digitales del modo en el que posee un libro impreso o una película en DVD o en VHS. Los usuarios de libros, música y video electrónicos han visto cómo sus colecciones quedaron inutilizadas cuando editoriales y distribuidoras apagan sus servidores.

En lo que respecta a las bibliotecas, hay acuerdos de licencia en general establecidos por las editoriales que determinan cuándo y cómo uno puede tomar materiales prestados y algunos de esos acuerdos están forzando a las bibliotecas públicas que tienen presupuestos limitados a hacer elecciones difíciles respecto de lo que ofrecen al público.

Al buscar las bibliotecas y las editoriales adaptarse a un mercado en cambio, los usuarios de bibliotecas pueden encontrarse con que, lo que en un tiempo era un recurso gratuito excelente para leer y ver, está afectado por acuerdos y políticas sectoriales que están fuera de su control.

Mientras que de acuerdo con muchos indicadores las ventas de libros electrónicos en general se han amesetado en los últimos años, sigue en aumento el uso de libros electrónicos a través de bibliotecas. Rakuten Overdrive, la mayor plataforma que provee de libros electrónicos a usuarios de bibliotecas, informó que sus clientes de bibliotecas de todo el mundo tomaron prestados 274 millones de libros digitales en 2018, un 22% más que el año anterior, incluyendo su app popular Libby. Los audiolibros digitales prestados a través de AudioDrive similarmente dieron un salto del 28% a 107 millones, según la compañía.

Por el lado del video, Kanopy, un servicio de streaming que ofrece a los usuarios de bibliotecas acceso a un catálogo rico en películas independientes y extranjeras se ha expandido a nuevas bibliotecas en los últimos años y conquistado un público creciente de usuarios interesados en su catálogo. La compañía dice que más de 14.000 títulos individuales han pasado por su servicio este año y el total de vistas creció un 47% desde 2018. El servicio convenció a menudo a la gente de que se hiciera socia de una biblioteca, lo que es requerido para su uso, e incluso atrae a algunos espectadores con conexiones a Internet lentas o directamente inexistentes en su hogar, dice la CEO Olivia Humphrey. "Realmente van a la biblioteca pública para ver Kanopy", dice.

Pero mientras la gente cada vez más recurre a las bibliotecas para sacar libros electrónicos y alquilar películas, esos servicios pueden ya no ser viables para las editoriales o accesibles para las bibliotecas. Este verano boreal, el gigante editorial Macmillan anunció que a partir del 1º de noviembre las bibliotecas solo podrán comprar una copia digital de cada libro en las primeras ocho semanas desde su lanzamiento.

Ese límite se aplicará por igual a bibliotecas de una sola locación en pequeñas ciudades y a sistemas de bibliotecas urbanas con múltiples filiales, lo que significa que solo una diminuta fracción de los lectores en las jurisdicciones más grandes podrían tomar prestado el libro digital durante ese período. Generalmente, las bibliotecas pueden llegar a comprar cientos de copias digitales de un libro que se espera que sea un best seller.

La decisión de Macmillan provocó críticas de bibliotecas importantes y de la asociación de bibliotecas de Estados Unidos, que lanzó un petitorio online reclamando a Macmillan que no implemente esa política. El petitorio ya recolectó más de 89.000 firmas, pero la editorial no ha anunciado cambios en el programa hasta ahora. La compañía no quiso hacer comentarios.

Este cambio podría alargar muchísimo la espera por libros populares. En este momento los bibliotecarios dicen que por lo general tratan de comprar suficientes copias como para que la cantidad de libros en espera sea manejable. Por ejemplo, Ed Brown, representante para Información Pública de la biblioteca pública de Nashville, donde se anunció el mes pasado el petitorio, dice que su biblioteca trata de tener al menos una copia por cada seis solicitantes de un libro. Eso hace que el tiempo de espera no supere los tres meses y medio. Pero la nueva política de Macmillan haría que eso resulte imposible en los primeros meses después del lanzamiento de un libro. "Si estamos limitados a una copia de un libro electrónico, nos preocupa que nuestros socios podrían tener que esperar hasta un año para sacar un libro popular", dice.

Un problema para los bibliotecarios, dice Steve Potash, fundador y CEO de OverDrive, es que los socios pueden suponer que es su culpa que un libro muy esperado no esté disponible. Los costos del vídeo por streaming también han sido un problema para algunas bibliotecas. Kanopy cobra a las bibliotecas públicas US$2 por cada vista de un video, la mitad de lo cual va a los dueños de la propiedad intelectual. En junio los tres sistemas de bibliotecas más importantes de la ciudad de Nueva York anunciaron que dejarían de ofrecer Kanopy a sus socios. "Creemos que la biblioteca no puede cubrir el costo de Kanopy y que se utiliza mejor nuestros recursos comprando colecciones de libros impresos y electrónicos para las que hay más demanda", dijo en una declaración Caryl Matute, jefa interina de la biblioteca pública de Nueva York.

Humphrey dice que la compañía ha ofrecido paneles de control detallados para el seguimiento y determinar cuántas películas cada socio puede ver por mes. La compañía sigue dialogando con la biblioteca de Nueva York para comprender cómo responder mejor a sus necesidades, dijo. La biblioteca pública de Nueva York no quiso hacer comentarios al respecto.

Los usuarios de bibliotecas no siempre comprenden que los modelos de negocio para distintos tipos de materiales digitales siguen en evolución y a menudo pueden ser muy distintos de la manera en que las bibliotecas distribuyen libros impresos o DVD.

Históricamente, las bibliotecas compraban materiales a través de distribuidores que a menudo les cobraban menos que lo que pagan lectores individuales en una librería. Bajo las leyes de Estados Unidos, las bibliotecas (y los individuos que compran libros) por lo general tienen derecho a prestar sus libros físicos por tanto tiempo y tantas veces como quieran, sin ningún pago adicional al autor o el editor.

Pero la historia es diferente con los libros electrónicos: las editoriales dictan los términos bajo los cuales cada libro electrónico puede ser prestado. Algunos libros electrónicos, como algunos que se ofrecen exclusivamente a través del lector Kindle de Amazon, simplemente no están disponibles para que las bibliotecas los ofrezcan a ningún precio, dice Patrick Losinski, CEO de la biblioteca metropolitana de Columbus, Ohio. Amazon no quiso hacer comentarios.

Muchos títulos que son ofrecidos por editoriales importantes vienen con acuerdos de licencia que requieren que cada copia virtual sea comprada nuevamente después de que haya sido prestada una cantidad de veces -digamos, 26 préstamos- o después de un cierto lapso de tiempo, explica el CEO de OverDrive.

Eso hace más complicado el préstamo de libros electrónicos para las bibliotecas, dado que no pueden dejar simplemente a esos libros electrónicos en un estante hasta que se desgastan. Tienen que decidir cuándo se justifica volver a comprar libros electrónicos más antiguos, incluso si mantienen sus colecciones impresas aún populares y compran copias de nuevas ediciones en ambos formatos.

"No hemos advertido realmente una declinación del uso de las colecciones impresas por la gente", dice Ron Suszek, administrador de servicios de biblioteca de la biblioteca pública de San Antonio. "Ha sido difícil para nosotros justificar la recompra de contenido digital".

Las bibliotecas pueden estar menos dispuestas a apostar a autores nuevos si le preocupa que sus libros pueden ser solicitados sólo unas pocas veces antes de expirar y desaparecer de los estantes digitales, dice Potash. "Esto va a reducir la exposición de sus autores", dice.

Una posibilidad sería que el Congreso, que controla la Ley de Derechos de Autor, cree algún tipo de sistema estándar para prestar libros electrónicos. En algunos países, los autores y a veces los editoriales reciben pagos del Estado cuando sus libros son prestados por las bibliotecas, y los detalles varían de un país a otro. Pero tal modalidad nunca ha sido aprobada en EE.UU. y no está claro cuánto apetito hay para que eso cambie en el futuro próximo.

Desde hace mucho tiempo, las bibliotecas públicas son un recurso valioso de las comunidades, a las que cualquier persona puede tener acceso a libros y otros medios sin costo y solo con ser socio. Pero al subir el contenido online y pasar de un modelo basado en la propiedad de copias físicas a otro gobernado por la letra chica de los acuerdos de licencia, pueden verse cada vez más limitadas en lo que ofrecen al público.
Traducción Gabriel Zadunaisky

domingo, 13 de octubre de 2019

EN BUSCA DEL BIENESTAR DIGITAL

Martina Rua. 13 de octubre de 2019 
Movimientos globales, ONG y las propias empresas están repensando la relación de las personas con las tecnologías y su incidencia en la calidad de vida. Con educación y diseño consciente, se empieza a hacer foco en el uso reflexivo e intencional de estas herramientas

Este año terminará con 4500 millones de personas en el mundo con acceso a internet y se espera que en los próximos seis años el número escale hasta los 6000 millones, quienes, con la llegada de la tecnología de conectividad 5G, podrán navegar a velocidades hasta 10 veces mayor a la experiencia más rápida actual. Con dos décadas conectados y con internet avanzando en los aspectos más diversos de nuestra vida, la incidencia de su impacto en nuestra salud y costumbres es el centro de un cuerpo creciente de investigaciones que advierten sobre la necesidad de reflexionar y generar un entorno más sano e intencional en esa conectividad. Lo que se busca es una tecnología más humana con foco en el bienestar digital de las personas.

De hecho, los mismos usuarios se encuentran muchas veces atrapados en un uso que, advierten, puede ser nocivo, pero que no saben cómo modificar: cuidado de datos personales, consumo y difusión de información falsa, uso excesivo de redes sociales, conexión permanente y ansiedad son algunos de los temas que saltan del mundo digital con un impacto real en nuestra calidad de vida y relaciones.

Tristan Harris es quien lidera esta conversación a nivel global y lo hace con el convencimiento del converso. Exdiseñador especializado en ética de aplicaciones de Google, es el fundador del movimiento Time Well Spent y de la organización The Humane Tech Center, focalizados en la evangelización y desarrollo de una tecnología más humana. Según Harris, lo que estamos viviendo es una cacofonía de tecnologías extractivas que generan una degradación humana (human downgrading), y es ahora el momento de refundar la manera en la que mediamos con ellas, a través de la modificación de su diseño.

Fuente: LA NACION - Crédito: Ángel Boligan
LA NACION revista habló con Harris sobre la misión de su centro: "El modelo de uso gratis de las aplicaciones, en el modelo más caro del mundo, genera una economía de atención extractiva. Las redes sociales han creado un Frankenstein digital al aprovecharse de las debilidades humanas (miedo, indignación, vanidad) y la tecnología ha degradado nuestro bienestar", sentencia. Para Harris, que en sus comienzos fue uno de los integrantes del Laboratorio de Tecnologías para la Persuasión de la Universidad de Stanford, catalizar de manera completa el bienestar digital requiere trabajo específico. "Necesitamos ser profundamente sofisticados, no solo con la tecnología, sino también con la naturaleza humana y las formas en que uno impacta al otro. Los tecnólogos deben abordar la innovación y el diseño con la conciencia de proteger las formas en que somos manipulados; necesitamos más atención sobre lo que protege y cura la naturaleza humana y los sistemas sociales", dice. Desde su centro, ofrecen una guía de diseño de productos gratuita para explorar y evaluar cómo la tecnología nos afecta a nivel individual, relacional y social.

El segundo punto que aborda Harris es cómo se está desarrollando la inteligencia artificial (IA). "La IA tiene que ser para el humano, no una IA abrumadora. Hoy ya tiene un poder asimétrico sobre las vulnerabilidades humanas. Necesitamos convertir eso en IA para que actúe en nuestro interés haciéndolos fiduciarios a nuestros valores, lo que significa prohibir los modelos comerciales de publicidad que se extraen de esa relación íntima", describe. Y el tercer aspecto por tener en cuenta es el de los incentivos regenerativos humanos. "Debemos abandonar el fracking de atención de la gente, desarrollar un nuevo conjunto de incentivos que aceleren una competencia en el mercado para solucionar estos problemas. Guardianes de la tecnología como Apple y Google pueden alentar a las aplicaciones a competir por nuestra confianza, no por nuestra atención, al remodelar las tiendas de aplicaciones, los modelos de negocios y la interacción entre aplicaciones que compiten en pantallas de inicio y notificaciones", propone Harris. También cita a los inversores, accionistas, políticos, periodistas y usuarios en general, todos actores necesarios para gestionar una nueva era digital.

"Reconocer esta manipulación y nuestros sesgos es el primer paso. El uso del móvil difiere de otras tecnologías anteriores, porque ahora es la primera vez que lo tenemos con nosotros todo el tiempo y a toda hora; el consumo es personal, la oferta de contenidos es ilimitada y además es multifunción", dice Santiago Bilinkis, autor del libro Guía para sobrevivir al presente, atrapados en la era digital (Sudamericana, 2019), donde buscar alertar y explicar el funcionamiento de estas tecnologías y sus implicancias en nuestras vidas.

Queremos que Instagram sea un entorno positivo e inclusivo. Que el tiempo de uso sea intencional
Natalia Paiva, directora de políticas públicas de Instagram para América latina
Para Bilinkis, una parte de la solución pasa por hacernos las preguntas correctas para entender el negocio detrás de las aplicaciones que usamos, cómo son creados los algoritmos para poder exigir transparencia en la información. "Estamos dentro de un sonambulismo tecnológico que, a través de filtros, distorsiona la realidad y genera ansiedad. Para los padres es un nuevo terreno en el cual guiar a nuestros hijos, donde ellos son nativos y nosotros, a veces, estamos tan empantanados como ellos. Reconocerlo y traerlo a la conversación familiar es parte de la solución", dice. La preocupación por el d iseño de los algoritmos es tal que investigadores como Mark J. Nitzberg, director del Center for Human-Compatible IA de la Universidad de Berkeley, está proponiendo que el desarrollo y diseño de apps tenga que atravesar una especie de fases de tests clínicos, como deben hacerlo las drogas antes de convertirse en medicamentos comerciales.

Los dueños de la pelota
Una de las redes sociales más cuestionadas en cuanto al efecto que causa en sus usuarios es Instagram. Diversos estudios, como el elaborado por la Real Sociedad Británica de Salud Pública en 1500 jóvenes de entre 14 y 24 años, la han clasificado como la más nociva para la salud mental de los jóvenes por conducir a sentimientos de inadecuación y ansiedad con su imagen. La empresa de Zuckerberg está al tanto, y en el primer semestre de este año presentó una serie de propuestas en su marco de bienestar digital. Natalia Paiva, directora de políticas públicas de Instagram para América Latina, explica cuál es la estrategia: "Queremos que Instagram sea un entorno positivo e inclusivo para nuestra comunidad. Que el tiempo de uso sea intencional, que es un concepto que tiene mucho que ver con el bienestar, y no es solo desde lo moral, porque debemos, sino que es estrategia a largo plazo. Si los usuarios no tienen una buena experiencia, no tendremos futuro como plataforma de creación y expresión", dice.

Instagram tiene tres pilares en su estrategia de digital wellbeing: desde cómo ofrece la información de sus políticas de uso, herramientas para que las personas puedan controlar la experiencia y las asociaciones a nivel local con organizaciones, expertos en salud mental y tecnología en cada país donde tiene presencia. Por ejemplo, desde este año la red permite silenciar palabras, hashtags y emojis con los que el usuario no quiere encontrarse, como también configurar el tiempo que se quiere usar la red mediante alertas que avisan cuando se alcanzó el límite. Por otra parte, si alguien busca un hashtag con palabras sensibles como d epresión, ansiedad, angustia o suicidio, aparece una ventana con propuestas para que el usuario le pida ayuda a un amigo o institución especializada.

Fuente: LA NACION - Crédito: Ángel Boligan
Un cambio relevante es la prueba que Instagram está haciendo en siete países para que la cantidad de me gusta (expresados en corazones) y reproducciones no estén a la vista de todos, con el fin de evitar que los usuarios suban material por el solo hecho de ver la acumulación de aprobaciones ajenas. "Queremos que las personas se concentren más en la calidad de sus conexiones que en sus métricas de performance", dice Paiva desde San Pablo, Brasil, uno de los países que está haciendo la prueba. Facebook está evaluando hacer lo mismo en su plataforma, y también este año dio a conocer un paquete de funcionalidades para darle al usuario mayor poder sobre su información y la que consume.

Consultada por la tardanza de las empresas en presentar estas herramientas, teniendo en cuenta que muchos usuarios ya cumplieron hasta una década usando Instagram o Facebook, Paiva contesta que "la idea de la conexión de salud mental y uso de las redes sociales es muy nueva y todos -empresas, científicos, academia y usuarios- estamos intentando entender algo complejo de lo que se aprende todos los días y se intenta responder a los hallazgos que se van presentando de la mejor manera posible".

También desde Google están abordando el tema desde su motor de búsqueda y desde Android, el sistema operativo más usado por los argentinos. En las últimas semanas anunciaron nuevas funcionalidades. "El bienestar digital es el estado de estar totalmente cómodo y contenido por cómo la tecnología se ajusta a nuestra vida, es diferente para cada usuario y cada familia: es el resultado de estar consciente y en control de la tecnología que uno utiliza", describe Matías Fuentes, responsable de Comunicaciones de producto de Google Argentina. A principios de septiembre, YouTube, la plataforma de videos de Google, recibió una multa de 170 millones de dólares por parte de la Federal Trade Commission, debido a las demandas que la acusaban de recolectar datos personales de niños sin el consentimiento de los padres. Por esto, la red decidió quitar las publicidades sugeridas para los niños.

El gigante de Silicon Valley asegura que al entrenar a su asistente virtual y agregar inteligencia artificial a sus productos, genera uso más eficiente y seguro de la plataforma. Android cuenta con el modo Wind Down para desconectarse o el modo Rutina para dormir, que permite mediante la voz configurar una alarma, apagar las luces, reducir el sonido de la música y escuchar el clima del día siguiente. El modo Foco permite seleccionar aquellas aplicaciones que los suelen distraer y silenciarlas cuando esta función está activada.

La virtualidad no es tal, lo virtual es real en lo digital. La ansiedad que genera en un chico es real
Sebastián Bortnik, experto en seguridad informática
Para el control parental ofrece Family Link: a través de funcionalidades que permiten configurar aplicaciones, el contenido y el tiempo en pantalla, los padres pueden definir pautas digitales para sus hijos. Tanto la calidad como la cantidad de tiempo que los chicos están conectados es un tema que se está estudiando desde la comunidad médica. Por ejemplo, en la American College of Cardiology (ACC) Latin American Conference 2019, que se celebró del 25 al 27 de julio en Cartagena, se presentó un paper que reveló que los jóvenes que utilizan más de cinco horas al día los teléfonos inteligentes tienen mayor probabilidad de sobrepeso y obesidad, lo que obliga a replantear estrategias y hasta usar la tecnología como aliada para promover la actividad física en ese segmento etario. En junio de 2018, la OMS incluyó entre los trastornos mentales la adicción a los videojuegos.

En esta revolución digital, la infancia está en el centro del cambio en un país como Argentina, que está en el top 10 de personas conectadas más tiempo a internet, con ocho horas al día. "Las tecnologías producen percepciones ambivalentes y reacciones binarias en padres y adultos en general: por un lado, los medios digitales se perciben como indispensables en vistas de la mejor preparación para el futuro, y por el otro, crece la preocupación por el bienestar digital de niños y niñas. Esta confusión genera desconcierto en la búsqueda del balance y menos claridad en temas de crianza digital. Cada vez son más los adultos que expresan la necesidad de mejorar la experiencia de la vida conectados propias y de sus hijos", cuenta Mariela Reinman, directora de la ONG Chicos.net

Si bien son varias las problemáticas relacionadas con los hábitos y los medios digitales (temas de convivencia, manipulación de la información y noticias falsas, grooming, autopercepción), para Reinman, el bienestar digital hace referencia a dos grandes temas: tiempo de uso y privacidad. La experta explica que el tiempo de pantallas no es malo o bueno en sí mismo. Además, no hay una oposición radical entre lo digital y lo físico. Todo se está mezclando, chicos y jóvenes usan las redes para encontrarse en el mundo físico y viceversa. "Más que limitar cuantitativamente, deberíamos prestar atención al tipo de actividad que realizan chicas y chicos, promoviendo aquellas más creativas y desplazando el consumo pasivo por el uso activo: utilizar dispositivos para diseñar arte digital, música, editar videos, crear historias, programar, entre muchas otras propuestas".

Fuente: LA NACION - Crédito: Ángel Boligan
El segundo tema es el de la privacidad, que tiene una doble lógica: lo que los chicos deciden publicar (y es importante reflexionar con ellos la distinción entre público, privado e íntimo) y, por otro lado, la privacidad de nuestros datos como usuarios de tecnología, es decir, qué entregamos a cambio de qué. "Cada vez somos más conscientes de la información que generamos y ofrecemos cuando realizamos actividades en internet. Cada me gusta, cada compartir, las geolocalizaciones. constituyen algoritmos complejos que almacenan una inmensa cantidad de datos sobre gustos, perfiles, preferencias. Es importante que los niños sepan desde temprana edad que internet parece gratuito, pero no lo es: el uso se paga con información personal. Esto es muy relevante para la internet actual y futura: internet de las cosas e inteligencia artificial", cierra Reinman.

Marco digital
La regulación es uno de los componentes indispensables, pero no suficientes para la construcción de una interacción más saludable con la tecnología. Por ejemplo, en Estados Unidos, el senador republicano Josh Hawley está proponiendo leyes contra los elementos adictivos presentes en las redes sociales. Se busca poner límites a la industria tecnológica para que sus productos sean menos manipulativos. En palabras de Tristan Harris, sería regular la economía de atención extractiva. "Cuando hablamos de regulación, nos referimos a limitar las estrategias que se diseñan y perfeccionan para captar la atención de los usuarios. Hay una relación directa entre atención del usuario y crecimiento, revenue y éxito de las empresas, y entonces allí surgen preguntas y conflictos éticos y psicológicos", dice la directora de Chicos.net.

Las plataformas crecen monetizando nuestra atención. El autoplay y las predicciones de YouTube y Netflix, la tecnología persuasiva, el modelo de recompensas de las redes sociales, que incentiva a pasar más tiempo conectados consumiendo publicidad y cediendo datos personales. Todo esto exige nuevas regulaciones hacia la humanización de los modelos de negocios. Otra de las voces más críticas al modelo actual es la de Jaron Lanier, científico computacional considerado el padre de la realidad virtual, que propone rever desde cero los modelos de negocios de plataformas como Google y Facebook y pensar si no sería más sano pagar por suscripciones que el modelo publicitario actual.

Concientizar sobre que lo digital es real es una de las principales preocupaciones para Sebastián Bortnik, experto en seguridad informática y uno de los fundadores de la ONG Argentina Cibersegura, que ha recorrido infinidad de escuelas los últimos 10 años para crear conciencia sobre temas de bienestar digital. "Cualquier padre podría decir que quiere que su hijo crezca sano y seguro, por lo que se trata de pensar el paralelismo también con el uso de las tecnologías. Nos preocupan las amenazas de la vida real, como la seguridad en la calle y que los hijos coman sano, pero todo esto debe ser trasversal a la vida digital", dice. Según Bortnik, uno de los principales mitos que alejan a los adultos de procurar un uso adecuado es lo que escucha de muchos padres: "Mi hijo la tiene mucho más clara que yo", lo que genera una falsa sensación de sanidad y seguridad que dista mucho de plasmarse en el uso que hacen los chicos. Pero es peligroso creer que no hay que hacer crianza en concientización. "Por otra parte, la virtualidad no es tal, lo virtual es real en lo digital. La ansiedad que genera en un chico es real y con la idea de lo virtual nos comportamos como si eso no existiera. Los chicos aprenden a partir del ejemplo y el diálogo", describe Bortnik.

Fuente: LA NACION - Crédito: Ángel Boligan
Para abordar el bienestar digital a través de voces que resulten atractivas para los adolescentes, Unicef y el gobierno de la provincia de Buenos Aires lanzaron el concurso Rap Digital, apadrinado por Dozer, el actual campeón argentino de freestyle de la competencia de gallos, en el que se invita a los adolescentes a reflexionar sobre su rol en cuidar la huella digital.

Unicef también publicó una guía de sensibilización sobre convivencia digital y otra llamada Chic@s conectados, para entender sus hábitos de conexión. "A veces, pensar un buen uso con los chicos no es fácil, porque los adultos tomamos el tema del lado equivocado. Si vamos y les decimos no me gusta que estés todo el día con el jueguito y hablando solo, mientras que estuvo en un juego de estrategia con dos de sus grandes amigos, no nos toman en serio", completa Bortnik.

Para Ezequiel Passeron, director de la ONG Faro Digital, existe un uso abusivo de las pantallas digitales y es necesario tomar decisiones normativas para poder regular el diseño de estas aplicaciones en pos de los derechos de las personas. "Y consideramos que la reglamentación debe darse a nivel global o regional, ya que limitarlo a nuestro país sería casi inútil por el alcance de estas tecnologías", advierte.

Desde Faro Digital trabajan en el uso responsable y reflexivo de las tecnologías digitales, tanto en los talleres con jóvenes como en las capacitaciones con adultos en general (familias y docentes). El objetivo es dar información y herramientas para que las personas puedan ser conscientes en la utilización de las plataformas digitales y romper la naturalización con la que se suelen usar estos dispositivos. "Una de las metodologías que aplicamos en nuestros talleres es la de codiseño, que nos permite poner en el centro a las personas y escuchar sus percepciones y construcciones de sentido. Esto nos posibilitó identificar ciertas complicaciones a la hora de hacer un uso equilibrado de lo digital. Algo que no solo sucede entre los más chicos, sino también en los adultos, quienes manifiestan estar cada vez más pendientes del celular", explica Passeron. Cuando trabajan temas como bienestar digital o desconexión notan que el público encuentra un espacio de reflexión genuino para un tema que por lo general les cuesta conceptualizar, por la propia vorágine del día a día. Y en esos momentos de compartir con otros lo que les sucede a diario respecto de sus vínculos con lo digital, aparecen cuestiones de mucha preocupación y alerta. Es decir, hay consciencia acerca de la problemática, pero no estrategias para modificarla.

"Las posibles soluciones ante esta problemática deben ser integrales y contemplar distintas variables (no es algo que se resuelva con una ley o con una app), pero lo que sí deben tener como horizonte es el cuidado y el respeto por los derechos humanos de las personas, y no solamente el desarrollo económico de las tecnologías digitales", dice el titular de Faro Digital, que señala como fundamental la creación de instancias de educación crítica respecto de los medios de comunicación digitales.

El bienestar digital está hoy en boca de todos los actores del ecosistema de internet y su construcción será el resultado de los esfuerzos de cada uno: empresas que deben ser transparentes y diseñar sus productos de manera responsable, gobiernos que deben velar por el desarrollo de este ecosistema y proponer políticas que acompañen en la era digital, ONG que controlen y evangelicen sobre una conexión sana y usuarios que hagan un uso más reflexivo, intencional y responsable. En la suma de todos esos esfuerzos es posible que nazca una tecnología más humana.

BIG O SMALL DATA: EL DEBATE SOBRE SI, PARA ANALIZAR LA REALIDAD, "MÁS ES MEJOR"


Walter Sosa Escudero. 13 de octubre de 2019 

¿Cuán grande es una pizza grande? Una rápida consulta a Google dice que una pizza grande debe medir como mínimo 35 centímetros de diámetro. ¿Cuál es el máximo tiempo tolerable para llegar tarde a una boda? "Media hora", responde con idéntica vehemencia la misma fuente. ¿Cuán grande es una base de datos para que sea considerada "de big data"? Y aquí el icónico buscador hace agua. "Si no entra en Excel, es big data", respondió hace poco en las redes sociales un reconocido programador. Una frase que muchos interpretaron en forma peligrosamente literal.

Big data es un término difuso, que refiere al fenómeno de datos masivos provenientes de interactuar con tecnologías interconectadas, como celulares, tarjetas de créditos, redes sociales, etcétera. El volumen es lo primero que salta a la vista de la revolución de datos, pero la naturaleza disruptiva del fenómeno va mucho más allá del tamaño, al punto tal que new data o right data tal vez sean caracterizaciones más felices.

Pero aun cuando la auténtica innovación de big data proviniese de la masividad, cabe cuestionarse si realmente más es mejor y en qué sentido. En una encuesta o experimento científicamente diseñado, más es mejor porque, diseño riguroso mediante, más datos es más de lo mismo, de la misma fuente de información. Por ejemplo, tirar una moneda repetidas veces permite aprender cada vez con más precisión que las chances de que salga cara son 50%. "Más de lo mismo" significa que se tira siempre la misma moneda y que no se la aprende a tirar en los sucesivos tiros, de modo que cada uno de los lanzamientos agrega el mismo tipo de información que la de cualquier tiro, anterior o posterior.

Pero uno de los secretos mejor escondidos de esta lógica es que la tasa a la que la precisión aumenta cae abruptamente con la cantidad de datos. Es decir, la precisión siempre mejora, pero esta ganancia es cada vez más pequeña; una suerte de versión estadística de la "ley de rendimientos marginales decrecientes" de la economía.

Por ejemplo, en una encuesta correctamente diseñada, si con 1000 encuestados el margen de error es de más/menos 3,16%, para duplicar la precisión (léase, bajar el error a la mitad) es necesario cuadruplicar la cantidad de datos. Entonces, desde esta perspectiva, si la promesa de big data es de una lluvia de datos, es como si la cantidad adicional de información se desplomase abruptamente luego del primer chaparrón, aun cuando continúe diluviando datos eternamente. Sí, más es mejor, pero cada vez menos, mucho menos.

Para peor, el paradigma espontáneo de big data es casi la negación del ejercicio de lanzar una moneda, o, si vamos al caso, de una encuesta o experimento científico. En la analogía de la moneda, big data es como si dispusiésemos de millones de lanzamientos de monedas distintas (y posiblemente cargadas) y en donde varios lanzadores han aprendido a favorecer un resultado. Es decir, los datos de big data no son "más de lo mismo". Una encuesta en Twitter puede recoger muchas más respuestas que un sondeo tradicional, pero estos datos están "mediados" por la decisión de seguir o no a alguien en esa red social y de acceder a responder o no la encuesta, además de que los que siguen a alguien posiblemente tengan muchos elementos en común: todo esto en las antípodas del "más de lo mismo" detrás de las ventajas de una encuesta o experimento científico.

Y esto explica por qué una buena parte de la práctica científica de la economía todavía descansa en bases de datos que, en lo numérico, suenan irrisorias en comparación con los millones de datos de big data. A modo de ejemplo, consideremos el trabajo de Raj Chetty, Nathaniel Hendren y Lawrence Katz, posiblemente el más citado de los últimos 20 años, y publicado en el American Economic Review, para muchos la revista más prestigiosa de la profesión.

El estudio analiza el efecto causal del barrio en el cual los niños crecen. Comparar la performance de una persona que creció en un barrio marginal con otra que lo hizo en una zona más favorecida es una comparación de peras con manzanas: a quien creció en un barrio más pudiente posiblemente le vaya mejor por razones que van más allá de las relacionadas estrictamente con el barrio en el que creció. Tampoco funciona la estrategia de comparar "antes y después", es decir, cómo le fue a un joven luego de que se mudase de un barrio marginal a uno más rico, porque, nuevamente, se mezclan los efectos de mudarse de barrio con los de cualquier otro factor que haya ocurrido simultáneamente (haber conseguido un trabajo, haber ganado la lotería, etcétera).

A fines de aislar el canal puro del entorno en el que los niños crecen, los autores recurrieron a una base de datos proveniente de un experimento que asigna lugares de vivienda a través de un mecanismo aleatorio, similar al que se usa en los protocolos de la biología o la agronomía para asignar pacientes o no a un tratamiento. Así, la muestra analizada se conformó con tan solo 13.213 personas, que suenan a nada en comparación con la cantidad de seguidores en Twitter que hoy tiene cualquier celebrity menor. Unos pocos datos, de una fuente confiable y adecuados a la pregunta de interés (como los del contundente estudio de Chetty y sus coautores), pueden contener mucha más información que la proveniente de la anarquía de big data.

Consecuentemente, la contribución de big data no necesariamente viene de la masividad, sino de la disponibilidad de nuevos datos, antes inexistentes, independientemente de que sean muchos o pocos. A modo de ejemplo, un trabajo reciente de Liran Einav, Dan Knoepfle y Johnathan Levin utiliza datos de la empresa Ebay para aislar el efecto de los impuestos a las ventas. Este trabajo aprovecha la secuencia de acciones (clics) conducentes a comprar un artículo online. El potencial comprador se enfrenta a diferentes precios de un artículo de interés, y luego de haber atravesado algunas etapas, se le es revelado el impuesto a las ventas, dependiendo de su locación geográfica y de la del vendedor.

Este "experimento natural" aporta información antes inexistente sobre el efecto de los impuestos sobre las ventas. Los datos utilizados para el análisis son en realidad un subconjunto muy pequeño de todas las interacciones en Ebay, pero lo suficientemente grandes como para aislar apropiadamente el canal a través del cual los impuestos influyen en las ventas. Es decir, el aporte de big data en este caso no es simplemente de "muchos datos" sino de datos no disponibles a través de fuentes tradicionales como encuestas o registros administrativos.

Como en tantos órdenes de la vida, en materia de análisis de datos el tamaño importa poco en comparación con su calidad. Para peor, cuando big data no es "más de lo mismo" la masividad solo aporta un mecanismo peligroso para cometer peores errores y más rápido. El verdadero aporte de big data en la ciencia social tiene que ver con la promesa de que el océano de datos sea capaz de aislar datos que sirvan a los fines de las preguntas relevantes, sean pocos o muchos.

¿Y cuántos datos son suficientes como para decir que una base de datos es "de big data"? Basta recordar que, en 1806, el enorme Carl Friedrich Gauss dio con el famosísimo método de mínimos cuadrados aplicándolo a una muestra de tan solo 4 observaciones planetarias.

viernes, 11 de octubre de 2019

LA UBA AVANZA EN SU PLAN DIGITAL Y PIENSA EN UNA INNOVADORA PLATAFORMA

11 de octubre de 2019
La universidad está cerca de cerrar un acuerdo para implementar un programa que permitiría, por ejemplo, clases por videoconferencia y participación a distancia. Los detalles. 

La Universidad de Buenos Aires se encamina hacia un proceso de modernización. Además de los anuncios de hace dos semanas, que incluían wi-fi en todas las facultades y el trámite de inscripción al CBC online, ahora apuesta a profundizar esa sinergia. Está próxima a cerrar un acuerdo para establecer una plataforma que vincule a los distintos actores: estudiantes, profesores y personal administrativo.

Según supo Infobae, en la UBA proyectan una “plataforma de colaboración segura para compartir recursos”, que combinaría un aula virtual con facilidades para la gestión. En lo académico, por ejemplo, los alumnos podrían ver algunas de sus clases a través de videoconferencia. Mientras que en lo administrativo una ventaja estaría en la toma de asistencia y en notificar las calificaciones.

El primer avance fue conectar a los edificios. El siguiente que desandarán es generar comunidades dentro de la universidad para que se refleje en vínculos colaborativos, de intercambio de información.

Como ya sucedió en la primera etapa, la universidad mantiene conversaciones con la empresa de telecomunicaciones Cisco. Andres Quinn, su director comercial de sector público y corporativo para Argentina, Paraguay y Uruguay es quien lleva adelante el diálogo. “Lo que acaban de adquirir es la autopista y vienen andando por uno de los carriles, con funcionalidades importantes, pero básicas. Ahora estamos cerca de que comiencen a usar los otros cuatro carriles en una fase que puede cambiar la dinámica dentro de las facultades”, consideró.

Federico Saravia, subsecretario de transformación digital y modernización de la universidad, confirmó: “La UBA tiene un camino hacia la digitalización. A este proceso lo llamamos ‘UBA digital’”, confirmó . “Entendemos que las nuevas tecnologías ayudan mucho en la interacción de los distintos actores: alumnos, docentes, no-docentes, graduados. Hoy la mayoría de nuestros estudiantes son nativos digitales. La idea es ir hacia donde están ellos y que no solo ellos vayan donde estamos nosotros”.

Para Saravia, hay tres etapas de actualización. La primera de ellas es donde hoy hacen foco: dar la posibilidad de que los trámites sean a distancia, reducir la presencialidad. La segunda es generar repositorios digitales, que contengan los legajos y títulos. La última es la que se orienta hacia lo pedagógico: “Queremos conservar, guardar y disponer lo que pasa en las facultades. Que todo lo que hoy ocurre offline, esté online. Compartir la información”, subrayó.

El Webex es la plataforma con la que avanzan. Desde la empresa, indican que tiene distintas capacidades. Ellos lo delimitan en “antes de clase”, “durante la clase” y “después de clase”.

Una vez definida la lista de estudiantes para una cátedra, la plataforma permitiría el envío de textos y material, un canal de comunicación entre profesores y alumnos, consultas por notas, asistencia, horarios de clase y alertas en caso de ausencias de docentes.

Durante la clase, en caso de no poder asistir al aula por distintos motivos (condiciones climáticas, distancia, falta de recursos), los estudiantes estarían en condiciones de cursar en formato remota. Aquellos profesores que lo consideren pertinente podrían filmar sus clases y abrir un espacio para consultas. Incluso sumar a distancia a especialistas sobre temas puntuales.

Algo similar hace Cisco en Uruguay. Es la principal proveedora del Plan Ceibal, una de las políticas educativas más elogiadas de la región. A través de ese programa, Uruguay solucionó la escasez de profesores de inglés. Los alumnos de primaria reciben clases a distancia vía videoconferencia desde países vecinos como Argentina o completamente lejanos como Filipinas.

“En Uruguay está destinado a 100 mil alumnos. En la UBA sola hay más de 300 mil estudiantes. Por eso, el impacto que tendría podría ser enorme. Claro que, de concretarse el acuerdo, también dependería de una decisión de cambio de las facultades y los profesores. No es lo mismo dar una clase convencional que una en la que te están grabando. La gran ventaja es quedaría almacenado para que el alumno pueda repasarla cuantas veces quiera”, señaló Quinn.

El ejecutivo de la compañía lo ilustró con un ejemplo. Un profesor, antes de iniciar la clase, abre una sesión para que los alumnos que tienen acceso a ese curso se puedan sumar desde donde estén. Además de la posibilidad de video, hay espacio para preguntas y respuestas. “Los alumnos, desde cualquier dispositivo con conexión, solo teniendo 4G, podrían acceder en tiempo real”, agregó.

En la universidad, apuestan a que “UBA digital” esté finalizado en 2021, cuando se cumplirá el bicentenario de la institución. Aunque, aclaran, en el medio se irán dando avances. “Para que se refleje en lo pedagógica se necesitarían cambios en las prácticas docentes. No es fácil, pero tampoco algo tan lejano. Hoy todos los profesores se vinculan de alguna u otra manera con la tecnología”, creen.

miércoles, 9 de octubre de 2019

EL PREMIO NOBEL DE QUÍMICA 2019 FUE PARA EL DESARROLLO DE LAS BATERÍAS DE IONES DE LITIO

9 de octubre de 2019
ESTOCOLMO.- Hoy es miércoles en la semana de los Premios Nobel y se entregó el de Química a John B. Goodenough, M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino "por el desarrollo de baterías de iones de litio".

"Las baterías de iones de litio han revolucionado nuestras vidas y se utilizan en todo, desde teléfonos móviles hasta computadoras portátiles y vehículos eléctricos. A través de su trabajo, los laureados de este año han sentado las bases de una sociedad inalámbrica y libre de combustibles fósiles", destacaron desde la academia.

"Este año el Nobel de Química tiene que ver con nuestro mundo recargable", declaró el secretario general Goran K. Hansson.

El estadounidense Goodenough, de la Universidad de Texas, que con 97 años es la persona más grande en recibir el premio, duplicó el potencial de la batería de litio y creó así las condiciones adecuadas para una batería mucho más potente y útil.

Whittingham, del Reino Unido, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton, utilizó el impulso del litio para liberar su electrón externo al desarrollar la primera batería de litio funcional.

El japonés Yoshino, de la Asahi Kasei Corporation y la Universidad de Meijo, fue quien consiguió eliminar el litio puro de la batería, basándose en iones de litio (más seguros que el litio puro) y de este modo logró que la batería funcionara en la práctica.

Mañana se conocerá el de Literatura, que reconocerá a dos escritores en tanto se nombrará también al ganador del año pasado (cuyo nombramiento no se llevó a cabo debido a las denuncias de acoso que recibió la Academia entonces); el viernes se sabrá el nombre del ganador del de la Paz; y, por último, el lunes que viene será el turno del de Economía.

Estos galardones se otorgan cada año, desde 1901, para reconocer a personas o instituciones que hayan llevado a cabo investigaciones, descubrimientos o contribuciones notables a la humanidad en el año anterior o en el transcurso de sus actividades.

Los distinguidos reciben unos 910.00 dólares, que se reparten según la cantidad de beneficiarios, así como una medalla y un diploma en una ceremonia que tiene lugar el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador Alfred Nobel, en una doble ceremonia en el Konserthus de Estocolmo y en el Ayuntamiento de Oslo.

Los elegidos de la década
2018: Frances H. Arnold, George P. Smith (Estados Unidos) y Gregory P. Winter (Reino Unido) por sus trabajos que aplican los mecanismos de la evolución para crear nuevas y mejores proteínas en laboratorio.
2017: Jacques Dubochet (Suiza), Joachim Frank (EEUU) y Richard Henderson (Reino Unido) por haber desarrollado la críomicroscopia electrónica, un método revolucionario de observación de las moléculas en 3D.
2016: Jean-Pierre Sauvage (Francia), Fraser Stoddart (Reino Unido) y Bernard Feringa (Holanda), padres de las minúsculas "máquinas moleculares" que prefiguran los nanorobots del futuro.
2015: Tomas Lindahl (Suecia), Paul Modrich (EEUU) y Aziz Sancar (EEUU/Turquía) por sus trabajos sobre el mecanismo de reparación del ADN, que puede conducir a nuevos tratamientos contra el cáncer.
2014: Eric Betzig, William Moerner (EEUU) y Stefan Hell (Alemania), por desarrollar la microscopía fluorescente de alta resolución.
2013: Martin Karplus (EEUU/Austria), Michael Levitt (EEUU/Reino Unido) y Arieh Warshel (EEUU/Israel), por el desarrollo de modelos multiescala de sistemas químicos complejos.
2012: Robert Lefkowitz y Brian Kobilka (EEUU) por sus trabajos sobre unos receptores que permiten a las células comprender su entorno, un avance esencial para la industria farmacéutica.
2011: Daniel Shechtman (Israel), por haber descubierto la existencia de un nuevo tipo de material, un "cuasicristal".
2010: Richard Heck (EEUU), Ei ichi Negishi y Akira Suzuki (Japón), por haber creado una de las herramientas más sofisticadas de la química que allana el camino a tratamientos contra el cáncer y productos electrónicos y plásticos revolucionarios.
Agencias AFP y AP