Según un nuevo informe, las
llamadas "competencias para el siglo XXI" no están presentes en los
programas nacionales. Su correlato en las aulas
Por Maximiliano Fernandez. 28
de Julio de 2020
Pensamiento crítico,
resolución de problemas, creatividad, manejo de la tecnología. Son solo algunas
de las mentadas “habilidades para el siglo XXI”, muy en boga desde hace años en
el discurso de la innovación educativa. Ahora, un nuevo informe de la Unesco al
que accedió Infobae advierte que en los currículos argentinos esas competencias
brillan por su ausencia.
La Unesco engloba esas
habilidades dentro de lo que llama “educación para la ciudadanía mundial”
(ECM), que tiene como objetivo “inculcar a las personas, a lo largo de toda la
vida, los valores, las actitudes y los comportamientos que constituyen la base
de una ciudadanía mundial responsable”. De los 39 conceptos que identifica el
organismo, solo 21 figuran en los núcleos de aprendizajes prioritarios (NAPs)
de tercer y sexto grado, los cursos analizados.
El informe divide los 39
conceptos en cinco categorías: Elementos constitutivos de la ciudadanía,
Valores sobre cómo vivir juntos, Globalización y diversidad, Habilidades y
Equidad de Género. El diseño curricular argentino sobresale en la categoría de
ciudadanía: hay presencia de valores como democracia, derechos, identidad,
igualdad. Pero hace agua en lo relativo a habilidades: no aparece el
pensamiento crítico, la toma de decisiones, la resolución de problemas, entre
otras.
Si bien equidad de género
figura como ausente, aclaran los expertos consultados, sí se sumó una fuerte
carga de contenidos en esa línea en los últimos años, en especial a partir de
la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral. Sucede que el diseño
curricular oficial de primaria data de 2005.
“A la luz de estos resultados,
se espera que los diferentes actores educativos de Argentina revisen los
conceptos ausentes, evalúen cómo conectar los instrumentos curriculares con la
Agenda 2030, y dispongan de orientaciones y material pedagógico para que
maestros y maestras puedan integrar estas temáticas en sus aulas, con el fin de
que todo estudiante pueda desarrollar los valores de la educación para la
ciudadanía Mundial y el desarrollo sostenible”, señaló a Infobae Carlos
Henríquez, coodinador general del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de
la Calidad de la Educación de la Oficina Regional de Unesco.
Henríquez remarcó que
Argentina, al igual que la mayoría de los países vecinos, todavía bajos
resultados en las pruebas de lengua y matemática. “Sin resolver estas
competencias básicas será difícil avanzar hacia las habilidades del siglo XXI.
Este es un gran desafío que enfrentan todos los países de nuestra región”,
consideró.
En la comparación con la media
de Latinoamérica y el Caribe, Argentina presenta condiciones similares. En el
currículo local aparecen todas las nociones con mayor presencia regional (por
encima del 80%) a excepción de pensamiento crítico. Sin embargo, se advierten
varias ausencias en otros valores que figuran en al menos la mitad de los
currículos latinoamericanos, como responsabilidad, creatividad, tolerancia y
pensamiento reflexivo.
“Llaman la atención algunas
ausencias en los documentos analizados, pues no se abordan conceptos del ámbito
de habilidades relevantes para el ejercicio de la ciudadanía mundial”, remarca
el informe.
En esa línea, Juan María Segura,
consultor en gestión educativa, reflexionó: “Argentina muestra una notoria
debilidad en el área de las competencias del siglo XXI. A pesar de que existen
desde hace décadas metodologías de aprendizaje que favorecen su desarrollo,
nuestro país aún no ha logrado ni crear equipos pedagógicos expertos en esos
nuevos saberes, ni ha logrado hacerle un espacio estructural dentro de la
currícula oficial. Así, la decisión de cualquier escuela de sumar metodologías
innovadoras termina siendo una ‘pulseada’ entre el tiempo curricular de la
metodología ingresante versus el contenido que deba ser reemplazado”.
Segura considera que no se
trata solo de una omisión curricular, sino “de una gran irresponsabilidad de la
política educativa”. “Graduar alumnos débiles en estas áreas críticas para el
mundo del trabajo y la producción es restringir el potencial de expresión de
los niños, dificultar su tránsito por los niveles educativos subsiguientes, y,
en última instancia, limitar las oportunidades de movilidad social. Sin estas
competencias, estaremos graduando ciudadanos mal equipados”.
Lo que dice el currículo y lo
que pasa en el aula
En la práctica, muchas veces
lo que dicen los papeles oficiales no encuentra un correlato. Los docentes se
apropian a su manera del currículo y capacidades que están fuera de los
documentos ingresan en la dinámica escolar. Y lo mismo viceversa.
“En Argentina, los NAPs son
referencia para los diseños curriculares provinciales y pocas veces son la
consulta directa de los docentes. Esto siempre teniendo presente que lo que
verdaderamente encuadra y posibilita los aprendizajes de los estudiantes es el
currículum real, el que se vive en las aulas (o en las pantallas, en este
momento)”, explicó Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para
Todos.
El estudio de la Unesco divide
entre presencia declarativa y programática, la cual supone más chances de ser
incluida en el aula. “Más allá de estar presentes en las enunciaciones
declarativas en muchos diseños curriculares provinciales, las habilidades de
pensamiento, de creatividad, de opinión personal y de relacionamiento pueden
llegar a pasar inadvertidas en las programáticas. Esa ausencia es un problema
porque en la parte programática se define, en un grado importante, las
indicaciones que se dan en relación con el uso del tiempo”, planteó Kit.
La especialista dio un ejemplo
concreto, enmarcado en este momento de educación remota. “Concitar un debate
sobre el comercio justo en el mundo, si interesa a los estudiantes, puede ser
un tema apasionante, que atraviese varios espacios curriculares y requiera un
tiempo para desplegarse y madurar, pongamos tres semanas. Ello implicaría
aceptar que, para que ese proceso ocurra, otros contenidos que estaban
planificados sean postergados o reducidos. Eso nos cuesta mucho a los docentes
porque a su vez hay una mirada de control sobre el programa preestablecido, que
nos pone rígidos y poco creativos. ¿Cómo podríamos generar creatividad y juicio
crítico, cuando todo está tan determinado de antemano, fragmentado y organizado
de modo tal que la vida no pueda entrar?”.
ACCESO A INFOGRAFÍAS https://www.infobae.com/educacion/2020/07/28/la-unesco-advierte-sobre-la-falta-de-habilidades-como-pensamiento-critico-y-creatividad-en-los-curriculos-argentinos/
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