Fragmentos del libro de Lalo Zanoni, "Las máquinas no pueden soñar"
En una comisaría de Washington DC
se reabrió un caso gracias a una aplicación de Machine Learning llamada
Rekognition, desarrollada por Amazon Web Services (AWS), la división de Amazon
dedicada a los servicios y soluciones en la nube para empresas y gobiernos. En
apenas 48 horas las máquinas revisaron más de 300 mil fotos para buscar al
sospechoso de un crimen, que finalmente fue encontrado y declarado culpable por
la justicia. "Sin esta tecnología, el culpable hubiera quedado
libre", dijo Swami Sivasubramanian, VP y director general de IA en Amazon.
Pero eso no es nada comparado a
la comisaría que están armando en China, donde en lugar de policías, habrá un
sistema de Inteligencia Artificial que se encargará de mantener la estación
funcionando las 24 horas de todos los días del año. Por el momento la máquina
solo hará trámites burocráticos como expedir documentos de identidad, licencias
de conducir y gestionar denuncias de delitos menores. Para todo eso no será
necesario mostrar ninguna identificación, ya que por medio de aplicaciones de
reconocimiento facial, el sistema escanea el rostro de los ciudadanos. La
tecnología será proporcionada por el gigante asiático Tencent, un grupo
tecnológico que es la dueña del mensajero para celulares WeChat y desarrolla
juegos (como el League of Legends), entre otros negocios.
Por otro lado, el mismo Mark
Zuckerberg anunció en su perfil de Facebook a fines de 2017 que la red social
puso en marcha un algoritmo de IA para detectar tendencias suicidas entre sus
millones de usuarios y así poder actuar con mayor rapidez antes de que los
protagonistas cumplan con su objetivo. El software tiene la capacidad de
rastrillar todos los post publicados y los videos en vivo (Facebook Live)
realizados por las personas en busca de patrones que se relacionen con
conductas suicidas que en general pasan desapercibidos. En esos casos,
moderadores humanos de la empresa se comunican vía chat con la persona en
cuestión para hacerle preguntas protocolares de rigor (¿estás bien? ¿Necesitas
ayuda?). Según la gravedad del asunto, los moderadores pueden contactar a
familiares y/o amigos cercanos de la persona en peligro.
Dicho sea de paso, Facebook
compró Ozlo, una empresa californiana de inteligencia artificial de apenas 30
empleados basada en Palo Alto, en Silicon Valley. Se especializa en la
comprensión de las conversaciones basadas en el texto y puede entender y
proporcionar respuestas a preguntas que no necesariamente tienen respuestas
simples de Sí o No. El objetivo es que Ozlo construya un asistente virtual tipo
chatbot mucho más elaborado para interactuar con los usuarios a través de
Facebook Messenger.
La startup Cogito fabricó un
software de IA que escucha las llamadas de servicio al cliente y pone una
"puntuación de empatía" basada en lo compasivos que son los agentes,
la rapidez y la capacidad con la que resuelven las quejas.
El comercio electrónico también
resulta un terreno muy fértil para la IA. El sitio eBay quiere que comprar en
su plataforma sea cada vez más fácil y por eso trabaja en dos aplicaciones:
Image Search y Find It On eBay. Sirven para sacarle una foto a algo que vemos
en la calle, en un negocio o en cualquier lado, como un mueble que nos guste
cuando entramos a una casa, unas zapatillas o unos anteojos. La app las busca
automáticamente dentro del sitio y ofrece opciones de compra.
"La Inteligencia artificial
es el mayor reto y la mayor oportunidad que tiene hoy la humanidad. Lo
considero más importante que la electricidad y el fuego. Entender los
beneficios de esta gran revolución es clave para gestionar su impacto en la
salud, la educación y el medioambiente. Estamos en apenas el principio de lo
que será la IA ", dijo Sundar Pichai, el CEO de Google, en el Foro
Económico Mundial de Davos, a principios de 2018.
Los cuatro grandes jugadores del
mundo tecnológico bautizados GAFA (por Google, Amazon, Facebook y Apple) más
Microsoft, Telefónica e Intel están realizando fuertes inversiones en
investigación y desarrollo de IA. Pero detrás de ellos se encolumnan medio
centenar de empresas grandes, medianas y startups como Samsung, Schneider
Electric, Red Hat, Netflix y Oracle, entre otras, que se encuentran en
constante movimiento para explorar nuevas posibilidades y no dejan de invertir
millones de dólares.
El mayor desafío que tienen las
empresas es lograr expandir la capacidad de sus herramientas y aplicaciones
para que el uso y la implementación de una plataforma resulte muy fácil para
cualquier otra empresa y/o persona que no sea experta en la materia y sin
conocimientos previos en Machine Learning.
Los más optimistas se ilusionan
con la caída de los costos que, aseguran, tendrá la IA en los próximos meses.
Así como hoy la electricidad es mucho más accesible que antes (unas 400 veces
más barata que en el siglo XVIII), la IA estará disponible para más personas en
pocos años, como sostiene en su libro "Prediction Machines: The Simple
Economics of Artificial Intelligence" uno de los tres autores, Ajay
Agrawal.
Los números del negocio actual
son muy atractivos pero el futuro seduce aún más. Según la consultora PwC, en
los próximos diez años, la AI moverá en la economía mundial unos 16.000
millones de dólares. Las startups con proyectos y
ideas basadas en IA buscan llamar la atención de las empresas grandes para
poder venderles sus desarrollos. Eso pasó en los últimos años. Del 2015 al 2018
fueron adquiridas unas 250 empresas nuevas de servicios de IA. Y en 2017, las
empresas grandes invirtieron más de 22.000 millones de dólares en IA, entre
fusiones y adquisiciones, un número 26 veces mayor al del 2015.
Ese fue el caso de DeepMind, una
startup británica que desarrolló el software de AI Alpha Go, que fue comprada
por Google en 2014. Dos años después, Alpha Go fue noticia en todo el mundo por
ser la computadora que le ganó al surcoreano Lee Sedol, el campeón mundial del
milenario (y dificilísimo) juego de estrategia oriental "Go".
"Imposible que una máquina gane porque el Go es un arte", canchereó
días antes un confiado Sedol. Había sido 14 veces campeón mundial, pero perdió
frente a la IA. Cuatro partidas a una. El triunfo de Deep Mind estableció un
hito en la corta historia de la AI porque fue la primera vez que una
computadora le ganó a un humano en ese juego. El Go es mucho más complejo que
el ajedrez porque mientras en este último hay unos 35 movimientos por jugada,
en el juego oriental ese número trepa hasta 250.
Pero Google no invirtió millones
en comprar Alpha Go solo para ganarle al Go a un coreano. Sus algoritmos ya
lograron, por ejemplo, mejorar un 15% la eficiencia energética de todos los sistemas
de aire acondicionado de la empresa, donde miles de servidores guardan la
información de varios millones de usuarios.
Watson, la plataforma de AI y Big
data de IBM, también superó a un ser humano en el famoso juego de preguntas y
respuestas norteamericano Jeopardy. El software de la empresa es una
herramienta que sirve para tantas cosas que resulta muy complejo (e inútil)
intentar limitarlo. Desde análisis masivos de datos hasta predicciones con gran
precisión para cualquier tipo de profesiones, análisis del clima, redes
sociales, tránsito, publicidad, jurisprudencias y salud.
Y en la industria del ocio y el
entretenimiento, aparecen tanto Netflix y Spotify como Amazon y Apple. También
las empresas de videojuegos. Todas usan algoritmos de AI para recomendarles
nuevos productos a sus clientes según sus intereses e historiales de compra,
usos, ubicación, amigos en común, etc. Desde un desodorante para pies, libros,
artículos electrónicos hasta canciones, series y películas adecuadas al gusto
del usuario. Todo a medida.
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