Los principales cambios llegarán de la
mano de nuevos materiales, el avance de la inteligencia artificial y las
pantallas flexibles.
Marcelo Bellucci. 30/10/2019. Especial
Clarín
Uno de los desafíos que enfrenta el
mercado de la telefonía móvil es superar el estancamiento creativo que paraliza
a la industria. Desde la vitrina de cualquier casa de electrodomésticos, hoy
todos los equipos parecen variaciones a escala de un molde primordial. Sin
embargo, algunos fabricantes y universidades están intentando extender las
fronteras tecnológicas más allá de los límites establecidos. La suma de estos
esfuerzos permite proyectar como será el smartphone del futuro.
Los expertos sostienen que, visto en
perspectiva, en los próximos 5 años los teléfonos quizá no sean tan diferentes
a como son hoy en día. Sin embargo, se avecinan cambios importantes que pueden
alterar su aspecto y uso. Desde la pantalla flexible, el avance de la
inteligencia artificial (IA), la introducción de nuevos materiales, hasta
conceptos más vanguardistas como implantar el chip en el propio cuerpo o
móviles cuánticos.
Y si bien se produjeron avances en la
miniaturización del hardware, los teléfonos inteligentes, al menos en su
fachada exterior, evolucionan mansamente. El gran paradigma móvil ocurrió 12
años atrás, cuando Steve Jobs presentó el iPhone, el primer sistema táctil que era
un reproductor de música y ofrecía acceso a Internet. Si uno compara los
modelos actuales con aquel móvil de 2007, los cambios son puramente cosméticos.
Pero todo cambia.
Las pantallas plegables ya están
próximas a la realidad. Samsung, Huawei y Royole Corporation exhibieron su
versión más elemental. Esta primera generación, considerada un prototipo, no
son dispositivos maleables que se doblan o retuercen, sino que funcionan como
una hoja extensible. Sin embargo, la dificultad para fabricarlas obligó a un
posible cambio de orientación.
Mientras se refina la tecnología, la
idea que cobra impulso es que en lugar de plegables podrían ser enrollables. Un
equipo de investigadores de la Universidad de Queen en Ontario, Canadá, creó
MagicScroll, un pergamino táctil y enrollable compuesto por una pantalla touch
flexible de 7.5" con resolución a 2K. El mecanismo consta de dos ruedas
giratorias en cada extremo que permiten desplazarse.
El sentido de esta innovación es,
ampliar o encoger a voluntad el tamaño de la pantalla. Si uno quiere leer un
diario, puede convertirlo en una tableta y cuando no se lo necesita más, lo
enrosca en el bolsillo.
El avance de la IA en los teléfonos
está asociado a los asistentes digitales. El objetivo a corto plazo es
adelantarse al usuario en sus decisiones. Un ejemplo cotidiano de este avance
lo ofrece Google Maps, que sin que nadie le haya indicado el horario, notifica
sobre el caudal de tránsito que espera para ir o volver del trabajo. Pero esto
es apenas el principio.
Los teléfonos Huawei, que vienen con
un chip exclusivo de IA, están intentando detectar las emociones del usuario a
través del reconocimiento facial y el tono de voz. Si el software percibe algún
signo de tristeza, intentará escoger música que mejore el estado anímico y
filtrará cualquier información negativa.
A mediano plazo, la intención es que
uno pueda conversar con estos asistentes como si fuera un yo digital. Así, se
le podrán pedir sugerencia sobre el vestuario apropiado para salir a la calle,
consejos sobre un conflicto personal y ayuda para tomar una decisión. La voz
metalizada comienza a ser remplazada por una modulación humana con cambios de
entonación.
Elementos
El verdadero cambio de paradigma no se
produce por una innovación tecnológica, sino cuando se introducen nuevos
materiales a la cadena de producción. En este sentido, el grafeno es el
material que está llamado a cambiar esta era. Sus propiedades electrónicas lo
vuelven ideal para crear componentes más rápidos y más confiables para los
teléfonos, ya que es fuerte y altamente conductor, pero también, al tener un
sólo átomo de espesor, es muy delgado.
Una de sus aplicaciones posibles es en
la batería, ya que podría mejorar la capacidad, eficiencia, estabilidad, lograr
un mayor almacenamiento de energía y un mejor rendimiento. Samsung registró una
patente basada en grafeno que permitía crear baterías capaces de almacenar un
45% más de carga en el mismo espacio que una de litio actual y que podría completar
la carga 5 veces más rápido que las actuales.
Otro beneficio para las baterías es
que serían muchísimo más seguras. Las de litio utilizan un electrolito líquido
que, en contacto con el aire, entran en combustión y hacen que la batería arda
y explote. En este caso, el electrolito que se usa es de grafeno, que no arde
al contactar con el aire.
Blindaje
En el mundo, al menos unas treinta
empresas están avocadas a lograr el primer procesador cuántico, tecnología que
promete revolucionar la informática por su capacidad de cálculo extraordinaria.
Esto sería posible gracias a un nuevo método de codificar la información que
permitirá que esos datos viajen de forma mucho más rápida y segura.
Científicos rusos están probado el
teléfono cuántico, capaz de transferir archivos de audio protegidos por
criptografía cuántica, una tecnología que garantiza la confidencialidad
absoluta. No tanto por el blindaje de protocolos y algoritmos, sino por las
propias leyes de la física. ¿Como se logra? La información es transportada por
fotones individuales que cambian ante cualquier intento de interceptación de
señal.
Incluso, la expansión del 5G podría
acelerar la posibilidad de un smartphone cuántico. Como el nuevo equipo
requerirá cálculos de alta complejidad, las redes móviles y su bajo tiempo de
respuesta ofrecen la posibilidad de procesar toda la información en la nube,
para que no se ejecute en el propio teléfono.
En el cuerpo
No hace falta viajar en el tiempo para
imaginar que, tarde o temprano, el cuerpo podría convertirse en un receptor
móvil. A medida que el hardware se miniaturiza la posibilidad de un implante
biológico permanente aumenta.
Actualmente ya hay personas deciden
implantar un chip en su mano para guardar información confidencial o abrir
puertas o cerraduras que utilizan esta tecnología. El inconveniente es que
todavía se precisa una aplicación del teléfono para que funcione como
intermediario. Pero se supone que en el futuro eso ya no será necesario.
Para construir esta unidad central de
procesamiento (CPU) el equipo dirigido por Martin Fussenegger, profesor de
Biotecnología y Bioingeniería en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de
Biosistemas en ETH Zurich en Basilea, recurrió al sistema CRISPR-Cas9 para
trabajar con tantas entradas como se desee en forma de moléculas de ARN. Su
próximo objetivo es integrar una estructura de computadora multinúcleo en una
célula. "Esto tendría incluso más poder de cómputo que la estructura de
doble núcleo actual", sostiene. Aunque usted no lo crea.
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