La tecnología "formatea" la
nueva economía
Internet
de las cosas, la inteligencia artificial y la robótica tienen su impacto en los
negocios
La
tecnología atraviesa la sociedad actual de punta a punta, pero hay una rama que
tal vez sea la más sensible para las personas: la economía. Inteligencia
artificial (IA), robótica, drones, impresoras 3D, Internet de las cosas,
realidad virtual y redes digitales son apenas algunos de los fenómenos que
ahora están revolucionando las reglas clásicas del intercambio de bienes y
servicios.
Hoy
la tecnología es core de cualquier proceso económico. Su involucramiento en los
distintos resortes de la economía se puede ver claramente en el agro, donde se
pasó del simple arado a máquinas con sensores que regulan la cantidad de grano
a sembrar de acuerdo con la humedad del suelo. También el trading es un buen
ejemplo: en la Bolsa se usaba originalmente un pizarrón, después se pasó al
trading remoto y ahora se llegó a las hipercomputadoras dedicadas a hacer
trading de alta frecuencia a velocidad de la luz.
Bruno
Rovagnati, Senior VP & Managing Director de R/GA Latam, dice que en lo que
es la nueva economía, hay muchas innovaciones que están desarrollándose como
sistemas de pago. "Desde una Apple Pay, que va reemplazando a las tarjetas
de crédito, pudiendo realizar cualquier pago simplemente con el teléfono, hasta
los sistemas como PIM del Banco Nación Servicios, que permite poder tener un
crédito, hacer un balance o movimientos entre cuentas desde el teléfono. La
billetera virtual también ayuda a hacer pagos o transferir dinero de manera
sencilla de una cuenta a otra", señala el ejecutivo.
Además,
según Rovagnati, los bancos le están dando más importancia a la tecnología
porque hoy la generación millennial, que ha crecido y tiene una relación
directa con el mundo digital, está económicamente activa. "La
digitalización y los millennials existen hace mucho, pero la diferencia es que
hace 10 años esta generación no era target de banco porque no tenía la
capacidad financiera o la necesidad de contar con servicios financieros, pero
hoy son los nuevos clientes, y los bancos deben cubrir sus necesidades",
explica este ingeniero en software, egresado del Instituto Tecnológico de
Buenos Aires (ITBA).
Lo
cierto es que, a partir de la economía digital, la definición de moneda ya es
mucho más amplia que lo que se conocía. Elementos como las criptomonedas
cambian conceptos básicos de cómo el ser humano se comunica e integra.
"Nos referimos a mucho más que al dólar o el peso. Por eso es que también
ya incorporamos el concepto social currency (moneda social), donde a veces se
paga con información, con actividad, con referidos, con tiempo, o con
atención", explica Rovagnati.
Matías
Arturo, director ejecutivo de Digital de Accenture, comenta que en IA hay
ejemplos reales de procesamiento de créditos e hipotecas, y de chatbots (un
programa informático con el que es posible mantener una conversación) para
manejar el primer y segundo nivel de necesidad de un cliente. "Un lugar
donde también vemos aplicada la IA y la Internet de las cosas es en la
industria minera, donde todo el proceso productivo (excavación, extracción,
producción y distribución) está fuertemente impactado".
Según
indica Arturo, la Internet de las cosas aplicada a las industrias tiene hoy
tres grandes objetivos: mejorar su capacidad de producción (incrementar su
rentabilidad y facturación); tener otro nivel de innovación (redefinir los
procesos productivos) y transformar el talento de la empresa. "La IoT
[según sus siglas en inglés] es la conexión más clara de cómo el dato puede
generar negocios. En temas de seguros, por ejemplo, hay sensores en los autos y
en los móviles de los conductores para poder medir la siniestralidad, trayectos
y recorridos, para luego utilizar datos a la hora de procesar un
expediente", señala el ejecutivo.
Por
su parte, Marcelo Girotti, CEO de BGH Tech Partner, comenta que la
transformación digital está cambiando los modelos de negocios existentes.
"Nuevos jugadores que hasta hace poco no estaban en el mercado están
tomando participaciones muy relevantes en la economía real, en negocios que
actualmente están en manos de empresas que operan en el mercado desde hace
décadas", afirma el ejecutivo.
En
este contexto, opina Girotti, la inversión en tecnología se convierte no solo
en una herramienta para capturar mercados o mejorar la productividad, sino que
además constituye un instrumento defensivo para proteger el negocio actual.
"En el caso de Internet de las cosas, se trata de una tecnología
disruptiva que permite comunicar a los distintos dispositivos tecnológicos, que
anteriormente operaban en forma aislada, a través de conexiones diversas,
suministrando información que es analizada y procesada fundamentalmente en la
nube", agrega.
El
sistema financiero es quizás el sector de la economía donde más palpable se
hace el uso de la tecnología. Nicolás Galarza, CEO y fundador de Quiena, un
asesor de inversiones personal y automatizado, destaca que la tecnología
elimina los errores humanos -al "pensar" algorítmicamente-, reduce
los tiempos -al hacer todo muchísimo más rápido- y baja los costos -al reducir
los pagos fijos de sueldos-. "Esto termina en procesos, servicios, y
productos muchísimo más eficientes, lo que acelera la creación de valor y el
crecimiento de la economía en general", concluye el directivo.
Por
ejemplo, en Quiena la tecnología hace posible ofrecer servicios personalizados
de inversión a clientes que nunca pudieron pagar los costos de una asesoría
personal. "De igual forma, nos permite canalizar el ahorro de personal de
atención al cliente hacia nuevas tecnologías, que nos permiten servir a cada
vez más clientes que nunca recibieron asesoría personal de inversiones",
agrega Galarza.
El
futuro ya está aquí. Según un trabajo elaborado por el Instituto para la
Integración y de América Latina y el Caribe (Intal), del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), la economía digital y, en concreto, el ecosistema de
nuevas aplicaciones y servicios digitales pueden propiciar un impacto
transversal sobre los distintos sectores económicos, con importantes mejoras
productivas de eficiencia y de acceso sobre los servicios ofrecidos.
Aportes
al valor agregado
Según
un informe de Accenture, la IA tiene el potencial de aumentar el valor agregado
bruto de la Argentina en US$59.000 millones en 2035. Alrededor de la mitad de
esta cifra (US$30.000 millones) provendrá del canal de aumento de la capacidad
del capital y la mano de obra, mientras que el canal de difusión de la
innovación contribuirá con US$16.000 millones y el de automatización
inteligente, con otros US$13.000 millones. "El sector público de la
Argentina ofrece perspectivas prometedoras para la IA, con municipalidades que
ya muestran interés por contar con soluciones digitalmente avanzadas y con
miras a lograr una ciudad inteligente", señala el estudio de Accenture.
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