Estados Unidos buscará hacer
base en la Luna en 2024 para llegar a Marte; en el mundo se preparan los
festejos por el 50º aniversario.
Rafael Mathus Ruiz. 7 de julio
de 2019
WASHINGTON.- Medio siglo
después de que Neil Armstrong dio su "pequeño paso para el hombre,
gigantesco salto para la humanidad", el mundo se prepara para conmemorar
ese instante de comunión planetaria en plena Guerra Fría, en medio de una nueva
carrera espacial.
La llegada del hombre a la
Luna tuvo consecuencias enormes que tocaron a millones de personas en todo el
planeta. Aceleró el desarrollo tecnológico, impactó en el choque de los dos
sistemas ideológicos en pugna entre Estados Unidos y la desaparecida Unión
Soviética, y creó una de las primeras comunidades globales: unos 650 millones
de televidentes, incluidos los de la Argentina, contemplaron en sus pantallas
la transmisión del 20 de julio de 1969.
Los festejos recorrerán el
planeta, empezando por una cena de gala en el Centro Espacial Kennedy, en
Florida. Las celebraciones coinciden con una nueva carrera. Estados Unidos
quiere volver a Luna, pero esta vez para quedarse y hacer una escala
estratégica en el largo viaje hacia la nueva frontera en el espacio: Marte. El
nuevo programa de la NASA pondrá por primera vez a una mujer en la superficie
lunar, y tendrá, también, nombre de mujer: Artemisa, la hermana gemela de
Apolo, el dios de la mitología griega que le dio su nombre al programa espacial
que quedó en la historia a fines de los 60.
A diferencia de lo que ocurrió
en 1969, Rusia -en ese entonces, la Unión Soviética- dejó de ser el principal
rival de Estados Unidos en la carrera por el liderazgo en las estrellas. Ahora,
ese lugar lo ocupa China, que aspira a ser líder en tecnología espacial. A
fines del año anterior, Pekín logró su primer gran hito: colocó, por primera vez,
una nave espacial, Chang'e 4, en el lado oscuro de la Luna. El aterrizaje
"marcó un nuevo capítulo en la exploración lunar y espacial de la raza
humana", dijo la Administración Nacional del Espacio de China.
Tras este hito, Estados Unidos
aceleró sus planes. El vicepresidente, Mike Pence, anunció el nuevo objetivo en
un discurso en marzo último: volver a la Luna en 2024, construir una base y,
desde ahí, seguir a Marte y más allá. "Ese es el próximo gigantesco
salto", definió Pence. El país, arengó, estaba en una nueva carrera
espacial, y no solo contra sus "adversarios", sino contra su peor
enemigo: la complacencia.
Nueva era
Estados Unidos aspira ahora a
volver a colocar a un hombre y una mujer en la Luna en cinco años. El objetivo:
el polo sur, donde científicos hallaron evidencias de agua congelada. El nuevo
programa, Artemisa, nació a partir de una directiva del presidente Donald
Trump, firmada a fines de 2017, que marcó un cambió en la estrategia de la
NASA. La idea original era volver en 2028. Esa meta se adelantó a 2024.
El nuevo cronograma es
ambicioso. "Primero, nos enfocamos en acelerar el descenso del siguiente
hombre y la primera mujer en la Luna para 2024. Segundo, vamos a establecer
misiones sustentables para 2028", definió el administrador de la NASA, Jim
Bridenstine.
El programa Artemisa busca
abrir una nueva era de exploración, además de brindar una victoria geopolítica
sobre China. Pero algunos científicos temen que Artemisa sufra el mismo destino
de Apolo, su antecesor, que terminó de manera abrupta en 1972, sin completar
todas las misiones previstas, cuando quedó en claro que Estados Unidos había
derrotado a la Unión Soviética.
"No soy partidario de las
carreras espaciales. Como se demostró con Apolo y la carrera espacial con la
Unión Soviética, una vez que se ganó la carrera, el programa se termina. La
exploración espacial a través de la competencia no es sostenible", afirma
Clive Neal, geólogo de la Universidad Notre Dame y presidente emérito del Grupo
de Análisis de Exploración Lunar, un foro dedicado a aportar conocimiento a la
NASA.
Para las nuevas misiones a la
Luna, la NASA ya comenzó a desarrollar un nuevo cohete, el Sistema de
Lanzamiento Espacial (SLS, según sus siglas en inglés), heredero del poderoso
Saturno V que impulsó a las misiones Apolo a la Luna. La logística del viaje
lunar no ha cambiado mucho en medio siglo, aunque sí habrá un salto innovador:
la NASA, junto con empresas privadas que participan, ensamblará una estación
espacial en la órbita lunar, llamada Gateway, un hub que servirá de plataforma
para los alunizajes, la construcción de una base lunar y las futuras misiones a
Marte. La nueva nave, Orion, viajará desde la Tierra y se acoplará a esa
estación, desde donde partirán los astronautas en los nuevos módulos lunares
para el alunizaje.
Para esta nueva era espacial,
la NASA se asoció con empresas como SpaceX, de Elon Musk, o Blue Origin, de
Jeff Bezos. La Luna despierta también el interés de otros países. "Lo que
ha sucedido en este siglo es que realmente ha habido un renacimiento en cuanto
a la cantidad de naciones que quieren ir a la Luna. Antes eran solo Rusia y
Estados Unidos. Ahora tenemos a la India, China, la Agencia Espacial Europea y
Japón. Hay mucho interés internacional", detalla Neal.
Cada vez que usa su teléfono
celular, el especialista dice que les agradece a las misiones Apolo, que
impulsaron la miniaturización de la electrónica. La misión a Marte podría dejar
aportes para la lucha contra la osteoporosis, la atrofia muscular, el reciclaje
o la reducción del consumo, continúa. "Tenemos hielo de agua en la Luna,
Marte y los asteroides. El agua es el petróleo del Sistema Solar", se entusiasma.
Pero, una y otra vez, insiste: es necesario tener un objetivo de largo plazo,
un horizonte de 50 años, que ahora no ve.
El rol de las agencias
espaciales, remarca Neal, es estimular la innovación y la creación de empleos
en la Tierra. El presupuesto de la NASA "es una inversión en nuestro
futuro", define. "Tenemos que aprender de la historia -dice-. De lo
contrario, estamos destinados a repetirla". "Tenemos hielo de agua en
la Luna, Marte y los asteroides. El agua es el petróleo del Sistema
Solar", se entusiasma Clive Neal, geólogo de la Universidad Notre Dame y
presidente emérito del Grupo de Análisis de Exploración Lunar.
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