El uso de las
nuevas tecnologías trae muchas ventajas, pero también puede generar estrés.
Cómo evitarlo. Facundo Manes, neurocientífico. / Ale López
15/02/2019 -
18:52 Clarín.com Viva
Desde hace un
tiempo, nos llegan informes del promedio semanal que pasamos frente a la
pantalla de nuestro teléfono celular. Y nos impacta.
Esto se suma a
las que pasamos frente a la computadora y la televisión. Podemos recibir
decenas de notificaciones por hora pero, además, el sistema de recompensa de
nuestro cerebro –buscador constante de novedades– hace que muchas veces miremos
repetidamente los dispositivos, aunque no haya nada nuevo que ver o responder.
Nos hemos habituado tanto a estar conectados que olvidarnos el teléfono o
quedarnos sin batería puede generar altos niveles de ansiedad, por el “miedo a
perdernos algo importante”.
Sabemos la
infinidad de ventajas que trae consigo el uso de las nuevas tecnologías. Sin
perder eso de vista, diversos estudios demostraron que también puede contribuir
a generar estrés. Se ha observado que el uso excesivo puede provocar síntomas
de déficit atencional, generar tensión en las relaciones interpersonales,
problemas de salud, y dificultades para sostener el balance entre la vida
laboral y personal.
Resulta
importante desarrollar hábitos saludables de uso de la tecnología. Es
aconsejable intentar una “desintoxicación digital”, definida como una reducción
voluntaria en el uso de dispositivos electrónicos. ¿Qué implica esto? En
principio, no hace falta abandonar por completo el uso de la tecnología, sino
que es posible hacer cambios menos drásticos que nos ayuden a centrar nuestra
atención y a no sentirnos tan abrumados. Todo lo que hacemos satisface una
necesidad, y dejar de hacerlo provocará un vacío y, por lo tanto, más ansiedad.
Por eso, no se trata de eliminar o reducir hábitos, sino de reemplazarlos por
otros más saludables.
Es importante
establecer qué hábitos concretos se necesita modificar. Es recomendable
comenzar por metas simples y alcanzables, para evitar frustrarnos en el
intento. Establecer momentos del día específicos en los que abstenerse de usar
dispositivos. Otra estrategia consiste en eliminar las notificaciones y alertas
en determinados horarios o hacer uso de la opción de agruparlas y recibirlas
todas juntas una vez al día. De esta manera, evitamos distracciones constantes
y ayudamos a reducir la sensación de que siempre hay que responder a todo
instantáneamente.
También se ha
recomendado no usar tecnología por más de 90 minutos continuos. Pasado ese
tiempo, es beneficioso tomar una pausa de 10 minutos para realizar una
actividad “no tecnológica”, como salir a dar una vuelta, conversar “en persona”
o no hacer nada. Los momentos en los que “no hacemos nada” son esenciales para
potenciar la creatividad.
El bienestar
digital se ha vuelto un tema importante también para las grandes compañías
tecnológicas como Google y Facebook que, mediante cambios en sus plataformas
más usadas, buscan facilitar que los usuarios conozcan y modifiquen sus propios
hábitos. Algunas de sus herramientas permiten visualizar el tiempo que uno pasa
usando un dispositivo, eliminar interrupciones visuales en la pantalla o
establecer límites de tiempo de uso para determinadas aplicaciones. Esta
posibilidad resulta útil ya que es fácil perder la noción del tiempo cuando se
está entretenido.
Lograr un
bienestar digital no es dejar de usar la tecnología sino de usar nuestro tiempo
de manera significativa. Reflexionar acerca de cómo nos vinculamos con la
tecnología nos permite preguntarnos acerca de nosotros mismos y de las
relaciones que establecemos con los demás. EM
No hay comentarios:
Publicar un comentario